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Con frecuencia escucho a personas decir que se encuentran perdidas con respecto a qué hacer cuando un familiar, amigo o persona querida está pasando por una situación difícil: divorcio, muerte de un ser querido, desempleo, enfermedad grave. Todas estas circunstancias involucran una pérdida y diferentes grados de dolor y merecen nuestro respeto.
De las peores cosas que hacer respecto al sufrimiento de las personas amadas es callar con relación a su dolor. Desaparecer de la vida de quien sufre, a causa de la incomodidad o preocupación de no saber bien qué decir, puede ser un dolor más a experimentar para el afligido.
A menudo tenemos la buena intención de mostrarnos empáticos y expresar nuestro apoyo a quien sufre, pero no sabemos cómo hacerlo. Estamos conscientes de que algunas veces podemos hacer más daño que bien al decir algo inapropiado que incluso ofenda a la persona afectada. Por eso hay que tener mucho cuidado con las palabras elegidas, para que nuestras frases sean en verdad de ayuda a quien queremos acompañar emocionalmente.
Mala idea: “No estás tratando lo suficiente para salir de esta situación; todo es mental. supéralo”. Quien sufre no necesita escuchar que es su culpa no salir tan rápido como otros de su condición emocional. Decir algo así puede hacerlo sentir avergonzado, es irrespetuoso e incluso agresivo; habla de tu frustración y no ayuda a nadie. Está claro que la persona afligida no ha utilizado sus recursos porque se encuentran bloqueados. Un terapeuta puede ayudarle a echar mano de sus herramientas con afecto y respeto.
Buena idea: “Debes estar pasándola muy mal, pero vas a salir de esta, como lo has hecho anteriormente en otras situaciones”. Muestra empatía y comprensión. Dale una esperanza y hazle notar tu confianza en ella para salir adelante.
Mala idea: “Así lo quiso Dios” o “Dios nunca te da más de lo que puedes soportar”. Al decir esto, minimizas la situación y el dolor emocional del otro. Es difícil pensar en un Dios sádico que tortura a la gente para darles una lección. Estas frases pueden fácilmente inducir a la culpa. ¿Quién necesita sentirse culpable encima del malestar experimentado? En esta vida puedes actuar correctamente y aun así te suceden cosas desagradables sin que sea tu culpa.
Buena idea: “A veces suceden cosas que están más allá de nuestro control”. “Aquí estoy contigo, acompañándote. ¿Cómo te puedo ayudar para aliviar el dolor en este momento?” o “¿Te gustaría hacer algo como ir a caminar, al cine o a comer un helado para distraerte y dejar de pensar en lo sucedido?”. Ofrece ayuda inmediata y palpable, tu compañía y presencia, algo real que dé a esa persona la certeza de que puede apoyarse en tu hombro.
Mala idea: “Piensa en positivo. Podría ser peor”. En efecto, podría ser mucho peor, pero ¿de qué manera saber esto puede motivar a quien está pasando por un mal momento? Lo sucedido, no lo que podría haber sido, es lo doloroso, difícil o abrumador. Cada quien vive las cosas de una forma muy personal. Pensar en positivo o que las cosas podrían ser peor es posible sólo después de asimilar y aceptar lo ocurrido. Esto toma tiempo.
Buena idea: “¿Te gustaría hablar acerca de cómo te sientes?” o “Yo también he pasado por situaciones dolorosas”. Estar dispuesto a escuchar puede ser un bálsamo para quien sufre, pero no le presiones demasiado, podría no estar listo para hablar. Hacer una declaración de que tú también has sufrido puede ayudarle a sentir que no está solo y que puede hablar con libertad acerca de sus emociones.
Elige buenas formas de comunicar tus sentimientos a quien se le acaba de diagnosticar una enfermedad, a quien ha perdido a un ser querido o a quien recientemente se divorció. Cuida tu relación con aquellos a quien amas. Cuida tus palabras para estimularlos y hacerles sentir tu presencia. No digas lo primero que te venga a la cabeza. Piensa en qué decir, pero sobre todo revisa tus sentimientos y transmítelos verbalmente. Asegúrate de escuchar lo que el otro está diciendo sin palabras, a través de sus emociones. Evita enjuiciar, sé abierto y comprensivo. Hazle sentir tu empatía, atención, bondad y compasión.
¿Cuáles son las mejores y las peores cosas que has escuchado cuando has pasado por malos momentos? ¿Qué es lo más reconfortante que le has dicho a alguien en una situación adversa?
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