¿No es acaso un buen momento para que el presidente y su familia la pasen bien y muestren a los mexicanos y al mundo lo despreocupada que vive la familia presidencial?

 

Los homicidios y los hallazgos de fosas clandestinas son la nota de cada día. Empresas como Coca Cola - Femsa anuncian el cierre de sus plantas por la inseguridad. La CNTE logra evadir la evaluación magisterial en Chiapas, Michoacan y Oaxaca. La pobreza del país es cada vez más acuciante mientras los ricos son cada vez más ricos. 

 

Con todo, Peña Nieto, su esposa y su numerosa prole no tienen reparos en mostrar -otra vez- al mundo que a ellos la vida les sonríe y muestran -si, otra vez- su épica vida de ricos-a-costa-del-erario en otra revista para ricos, famosos y felices, la revista HOLA. 

 

En 14 páginas completas, la feliz familia da cuenta de uno de los acontecimientos más intrascendentes para un país con 50 millones de pobres y millones de niños y jóvenes que, por la falta de recursos económico y de políticas de Estado no tienen acceso a la educación: la fiesta de graduación y el viaje correspondiente de una de las hijas de Angelica Rivera, Sofía Castro. 

 

La portada de la revista incluye a toda la familia enfundada en ropa que seguramente costó una fortuna -por supuesto a costa del erario- incluido el ilustre presidente de este país. 

 

Por supuesto no es la primera vez, como sabemos, que lo hacen. Al parecer nada aprendieron del lío de la Casa Blanca originado por el reportaje a la misma revista a la que ahora regalan las imágenes de la fiesta. Tampoco aprendió el presidente un ápice después del insultante viaje que se regaló y le regaló a toda su familia, amigos y hasta al perico, para visitar a la reina de Inglaterra. 

 

Y es que parece que el presidente no entiende de crisis (ni económicas ni políticas) o tal vez, no le interesan, pero además, que tiene los peores asesores posibles que ni siquiera le aconsejan “dar la apariencia” de interés en lo que pasa en México. 

 

La capacidad de Peña Nieto de seguir tratando de aparentar que es un nuevo rico -a costa del erario- es casi tan increíble como la inutilidad de nuestro sistema de rendición de cuentas y la inexistencia de la responsabilidad política. Recordemos que el asunto de la casa blanca está “siendo investigado” por la Secretaría de la Función Pública, cuyo titular fue nombrado a modo por el presidente.

 

¡Que gusto poder ser presidente de un país mayoritariamente pobre y desigual y aún así darte una vida de lujos, frivolidades y banalidades sabiendo que no existe mecanismo alguno que te lo prohiba y mucho menos que te haga responsable de tus actos ante la ciudadanía!

 

Pero el insulto no es sólo mostrar el derroche de recursos públicos en un país con tanta pobreza, sino además dejar en claro que los hijos del primer mandatario del país no confían en sus propias políticas pues ninguno de ellos acude, ni acudió ni acudirá a una escuela pública y si a colegios privados cuyo costo sería imposible de pagar para el promedio de las familias en México. 

 

Si tus propios funcionarios desconfían así de la educación pública ¿qué podemos esperar el resto de los ciudadanos? Una pena. Pues en países bastante más avanzados que el nuestro (y con mejores medidas anticorrupción) la muestra, el ejemplo para calar las políticas públicas, lo dan ellos mismos y sus familias: usan el transporte público, van a escuelas públicas y se atienden en los servicios públicos de salud. Sólo así saben que funciona y ellos mismos se preocupan porque funcione. 

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