No dejo de pensar en la entrevista que el periodista Jorge Ramos le hizo a Ann Coulter la semana pasada. Ya antes había escuchado a esta columnista conservadora, conocida por sus posturas antiinmigrantes, hacer declaraciones xenófobas, pero esta vez sus comentarios fueron escandalosos: 
"Si no quieres ser asesinado por el Estado Islámico, no viajes a Siria. Si no quieres ser asesinado por un mexicano, no hay algo que pueda decirte". 
¿Tendrá algo que decirnos en caso de que no queramos ser asesinados por un estadounidense? Porque también los hay. Solo que, en la mente del racista, cuando hay un crimen y un hombre blanco es el culpable, “el hombre blanco cometió un homicidio”. Cuando el culpable es un mexicano, "el mexicano es un homicida". 
Por eso la frase de Coulter es ignorante y es ridícula. La escritora dijo esto cuando presentaba su libro Adiós América, en el que sostiene que los estadounidenses deben temer más a los migrantes mexicanos que al Estado Islámico. 
¡Vaya estrategia para vender libros! Las ofensas siempre han ganado encabezados. Ahora estas declaraciones son virales en Internet y el video de la entrevista circula en las redes sociales. 
"Hay culturas obviamente deficientes," le dijo la autora a Jorge Ramos, "y si no lo fueran tú no estarías sentado en Estados Unidos entrevistándome, yo estaría en México". Agregó que la cultura estadounidense es la más exitosa del mundo y su preocupación es que, con los inmigrantes mexicanos, esto esté a punto de perderse. 
¿A punto de perderse? Todo lo contrario. Es verdad que Estados Unidos es un país profundamente exitoso, pero lo es, en gran medida, gracias a la inmigración. Esta nación está hecho de hombres y mujeres que llegaron de otras partes, la migración lo define. Primero los ingleses y los daneses, después los africanos, los irlandeses, los judíos, los italianos, los chinos, los filipinos, los armenios, los centroamericanos, los mexicanos y tantos más. 
Hoy en Estados Unidos se estima que viven y trabajan unos 40 millones de inmigrantes. Su llegada obedece a muchos factores pero el económico es quizá el principal: en los países de origen los emigrantes buscan empleo y en el país destino se necesitan empleados. Oferta y demanda. 
Un dato del Censo Nacional de Trabajadores de la Agricultura en Estados Unidos: el 78% de los trabajadores del campo en Estados Unidos nacieron en otro país. De ellos, el 75% son mexicanos. 
Ann Coulter no podría comer una ensalada en Nueva York de no ser por las manos mexicanas que recogen la lechuga de la tierra en California. Pero la xenofobia suele no ver lo que no le conviene para justificar su repudio a los ajenos. 
Qué peligrosa es la perversión del nacionalismo: solo mi cultura es exitosa, quienes vienen de fuera la modifican y la dañan. Ann Coulter dice que ella no es racista; sin embargo generaliza y hace estereotipos cuando dice que los mexicanos somos peores que el Estado Islámico solo porque somos mexicanos. 
Así ocurre con los xenófobos, explica el filósofo español Fernando Savater en su Política para Amador: "Detestan a los 'otros' porque se sienten incómodos ante ellos. Como no están muy seguros de su propia cordura, los fanáticos quieren que todos a su alrededor piensen y vivan como ellos, para sentirse acogedoramente confirmados". 
Lo bueno es que el futuro no está del lado de Anna Coulter, ni de los miles de seguidores que tiene y que en tres ocasiones han puesto sus obras en la lista de Best Sellers del New York Times. Según las proyecciones de la Oficina del Censo, se espera que en 2060 la población de personas nacidas en otro país alcance los 78 millones, el 18.8% de la población total en Estados Unidos. Un record que será histórico. 

Hay días así. 

Twitter: @JulioVaqueiro

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