Ayer, a los 82 años, falleció Ferdinand Piëch , quien además de llevar el título de lo que hoy conocemos como Grupo Volkswagen , fungió como salvador de diversas marcas que pasaron por una severa crisis a lo largo del siglo XX.

Ferdinand Piëch

fue, hasta la fecha de su fallecimiento, el accionista mayoritario del Grupo Volkswagen y de Porsche SE.

Piëch

provenía de una familia íntimamente ligada a la industria automotriz, ya que su padre participó en el proyecto de Ferdinand Porsche que más adelante se conocería como el Volkswagen “Vocho”.

Tomó la dirección de Volkswagen en 1993 y fue el artífice de la unión de más de 12 marcas, entre las que se incluyen SEAT, Skoda, Audi, Lamborghini, Porsche, Bentley, Ducati y por supuesto, Volkswagen.

Una de sus decisiones más importantes fue la de homologar el 65% de los componentes entre las distintas marcas del consorcio para convertirse en la empresa automotriz más rentable del mundo para 2018. Este objetivo se consiguió dos años antes de la fecha marcada.

En el apartado del automovilismo, Ferdinand Piëch guardará un lugar especial en la historia al comisionar la construcción del Porsche 917, el auto que conquistaría Le Mans en la década de los sesenta y setenta.

De acuerdo con una declaración del comité de directores de Volkswagen Group , la figura de Ferdinand Piëch está al mismo nivel de Henry Ford, Akio Toyoda o Gottlieb Daimler.

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