A dos años de que se implementó el impuesto de 10% por litro en las bebidas azucaradas, el consumo de estas ha disminuido 7.6%, mayoritariamente en las familias con un nivel socioeconómico bajo. Sin embargo, los sectores poblacionales que mantienen alto consumo de refresco son niños, adolescentes y adultos jóvenes.

Juan Rivera Dommarco, recién nombrado director del Instituto Nacional de Salud Pública, dio a conocer los resultados de un estudio publicado en la revista Health Affairs, realizado por investigadores del INSP y de la Universidad de Carolina en el que se demuestra que las compras de bebidas endulzadas continúan con una tendencia decreciente.

Además, detalló que las compras de bebidas sin puesto como agua embotellada se incrementaron 2.1%. Los hogares con menor ingreso, para quiénes los costos de servicios de salud representan una mayor carga fueron los que redujeron las compras de bebidas azucaradas, “esto significó un ahorro que pudieron destinar a otros propósitos".

Rivera Dommarco recordó que este impuesto solo es una medida de salud pública que funciona en conjunto con otras con el objetivo de reducir la incidencia de obesidad y sobrepeso que desemboquen en una enfermedad crónica como la diabetes.

“Quiero enfatizar que el impuesto no es una varita mágica, no es la medida que solucionará el problema sino contribuirá si se ejecuta en conjunto con otras”, señaló.

En este sentido mencionó que durante su gestión uno de los grandes retos es apoyar a la Secretaría de Salud con investigaciones y acciones que logren disminuir las afecciones crónico degenerativas “a través de la promoción de la salud, un buen tamizaje y un tratamiento de buena calidad”.

afcl

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