Sin capa ni poderes, como ocurre con las heroínas de alguna historieta, Andrea Carmona Soto, de 35 años de edad, debe enfrentarse cada día a una de las más de 100 emergencias que ocurren en la Ciudad de México.

Vestida con su traje contra fuego, botas y un casco, esta mujer bombero cuenta a Notimex que si bien su labor es una de las más peligrosas, la realiza con pasión y profesionalismo porque tiene claro su objetivo: salvaguardar la integridad de las personas.

Dice que en este oficio cada día hay algo nuevo por aprender, razón suficiente para tomar la decisión de integrarse, hace tres años, al Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad México, una corporación que cuenta con 300 mujeres entre los dos mil 500 elementos que desempeñan esta ardua labor.

Andrea es ama de casa y tiene una hija de 13 años, a quien le prepara el desayuno en su descanso; además, aprovecha esta ocasión para hacer sus labores de limpieza en casa, sale de compras al mercado, cocina y hace un poco de ejercicio, todo a partir de las 06:00 horas, cuando inicia su día.

Pero, en un día de trabajo, indica que debe levantarse a las 04:30 para arreglarse y salir poco antes de las 06:00 horas rumbo a la Estación Central, ubicada en la avenida Fray Servando Teresa de Mier, en la colonia Merced Balbuena, en donde atienden entre 150 y 200 emergencias diarias.

Tan sólo el fin de semana pasado, de acuerdo con el director general de dicha corporación, Raúl Esquivel Carbajal, ofrecieron asistencia en 460 emergencias, entre ellas se reportaron 118 fugas de gas, 79 incendios, 39 choques automovilísticos, 29 retiros de enjambres de abejas, mientras que 48 fueron falsos avisos.

Carmona Soto expone que jamás imaginó la amplia cobertura de servicios de los bomberos. “Cuando pensaba en esta labor solo veía que cubrían incendios y apoyaban a la gente, no estaba al 100 por ciento enterada de todo lo que hacían ni de todas las ramas en las que destacan”, expresó.

“Ahora que lo descubro, es bonito y agradable poder ayudar en todo”, continúa mientras permanece de pie y, detrás de ella, se encuentra un vehículo contra incendios, que forma parte de sus herramientas de trabajo.

Al igual que sus compañeros varones, cuando suena la chicharra para avisar sobre una emergencia, Andrea tiene hasta 45 segundos para colocarse un traje de más de 20 kilos, deslizarse por la barra metálica llamada “cucaña” y subirse al vehículo que la llevará al lugar del incidente, sin importar la distancia, dificultad o inclemencia.

Explica que para lograr esa hazaña deben preparase físicamente con por lo menos una hora de ejercicio al día y también reciben capacitación constante para aprender a manejar sus herramientas de trabajo.

La “tragahumos” apunta que en el campo de trabajo ha tenido oportunidad de asistir a varias emergencias, pero, recuerda, lo más impactante ha sido estar frente un “Z1” (cadáver), un suceso que la hizo tomar fuerzas para hacer lo más rápido posible su trabajo y retirarse.

Relata que otra situación difícil fue en un choque automovilístico, en donde la persona a bordo tenía la pierna mutilada por el fuerte impacto. “En ese momento te encuentras imposibilitada y quisieras ayudarle para evitarle el dolor, pero lo único es resguardarla y taparle el pie”, comenta.

Carmona Soto indica que en estos casos es importante prepararse mentalmente y saber qué trabajo se realizará antes de llegar al lugar del incidente, pues ello impedirá que “te ataquen los nervios”.

Además, menciona, los bomberos están con frecuencia en riesgo de sufrir una caída, lesiones graves, quemaduras e intoxicación por el humo, esto a pesar de utilizar chaquetas gruesas, máscaras y cascos para protegerse del calor y las llamas de una conflagración, por ejemplo.

Empero, insiste, es una labor que implica grandes retos y requiere una responsabilidad de igual tamaño para salvaguardar la integridad de las personas. “Si se trata de un incendio, tenemos que checar al 100 por ciento que no haya víctimas, personas atrapadas y evitar cualquier otro riesgo, porque está de por medio una vida”.

En el Día Internacional de la Mujer, celebrado en muchos países en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo, Andrea pide a este sector de la población luchar por cumplir sus metas. “No hay nada imposible, si nosotras nos dedicamos a luchar por lo que queremos”.

Agrega que en un trabajo donde predominan los hombres, como ocurre en esta estación de bomberos, la igualdad de género permite trabajar bajo una convivencia armoniosa y la fuerza física no es impedimento para desempeñar dicha labor, porque “tratamos de que todo sea igual y jalemos parejo”.

En tanto, Esquivel Carbajal comenta estar contento y complacido con el trabajo que desarrollan las 300 mujeres del Heroico Cuerpo de Bomberos, pues reconoce que en un primer momento pensaron que no iban a dar resultados y, afortunadamente, han puesto mucho empeño para prepararse y servir mejor a los ciudadanos.

El “Jefe vulcano” espera que en los próximos días se sumen 10 mujeres más para reforzar el área operativa, en donde hay una gran cantidad de incidencia por atender en la metrópoli.

tpc

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