El presidente municipal de Quecholac, Néstor Camarillo Medina dijo que siempre pidió ayuda para el rescate de espacios públicos y revertir la descomposición social que había en esa zona por la incursión de bandas dedicadas al robo de hidrocarburo.

El alcalde salido de las filas del PRI, aseguró que hasta ahora han volteado a ver a la sociedad de esta región asentada en el llamado Triángulo Rojo, donde operan los huachicoleros.

“Esta descomposición es culpa de todos, del gobierno federal y estatal, lamentablemente no han volteado a ver a la sociedad hasta ahorita, siempre pedí el rescate de espacios públicos, apoyo para escuelas, a mis capacidades ha sido imposible recuperar el tejido social, este problema ahora no nos debe preocupar sino de ocupar”, expresó.

Fue en la Junta auxiliar de Palmarito, donde hubo dos enfrentamientos a tiros entre fuerzas militares y presuntos huachicoleros y esta semana aparecieron videos donde se aprecia una ejecución extrajudicial por parte de militares.

“Lo lamento muchísimo, de comprobarse que son ciertos los videos, estoy indignado, no son formas de aplicar la ley, de abusar del poder; es un problema que nos compete a todos, no sólo a los tres órdenes de gobierno, sino a la sociedad”, expresó.

Dijo que es partidario de atacar la violencia con educación y no con el uso de la fuerza, pero destacó que durante muchos años se abandonó la inversión en educación.

“Creamos dos universidades, bachilleratos, primarias, sabía que no era un problema que se solucionaría contratando más policías, sino invirtiendo en educación", aseguró.

Si bien duplicó el número de uniformados y patrullas, instauró un programa de videovigilancia con más de 100 cámaras e instaló botones de pánico, invirtió la mayor parte de su presupuesto en educación.

Al mismo tiempo, criticó que se quiera estigmatizar a un pueblo de mucho trabajo y de productividad.

Recordó que en la Junta Auxiliar de Palmarito, donde fueron los enfrentamientos, es la más productiva de Puebla; se cultivan más de 2 mil hectáreas hortalizas, producto que también se exporta a Japón, Irlanda, Estados Unidos y Canadá.

Recordó que su padre, Julián Isidro Camarillo Mirón, fue alcalde en el periodo 2005-2008, por lo que sabía a lo que se enfrentaba al buscar la presidencia municipal.

“Si, sabía que el reto era muy difícil, incluso entré por eso, porque las principales preocupaciones de la sociedad eran los temas de la seguridad, sabía que la inseguridad no se combatía con más policías o patrullas”, agregó.

El alcalde destacó que siempre actuó solo, con poco presupuesto y no logró frenar la descomposición que se origina por la falta de oportunidades porque los habitantes pobres.

Aclaró que en sus casi cuatro años de gestión no ha recibido algún tipo de intimidación de la delincuencia organizada, aunque en este momento las presiones que tiene son de la sociedad por solucionar los hechos ocurridos el pasado 3 de mayo.

“No [he sido intimidado], afortunadamente no; sé los riesgos que se corren por estar al frente del municipio. Hoy más que una presión delictiva es una presión social, el primer contacto de la gente es el gobierno municipal, hoy los habitantes exigen justicia y apoyo... Hoy recibo esa presión, pero es social”, aclaró.

Negó estar arrepentido de haber buscado la alcaldía, pero reconoció que jamás pensó que “fuera tan difícil o complicado, pero jamás me voy a arrepentir”.

Camarillo Medina hizo un llamado a la paz, a que la sociedad siga caminando por la ruta de la tranquilidad, pero también exigió a las autoridades estatales y federales justicia. “Si bien hay gente que merecía una sanción, también hay muchas personas inocentes que están pagando las consecuencias de este problema”, detalló.

Por último, pidió a esos dos órdenes de gobierno ayuda para Quecholac. “Que me ayuden a que mi pueblo esté tranquilo y echado para delante, yo solo no puedo, es momento de unirnos todos”, expresó.

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