La vicepresidenta del Senado, Blanca Alcalá Ruiz (PRI), advirtió que preocupa que haya una crisis humanitaria en la frontera norte de México por las deportaciones discrecionales autorizadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Por su parte, Laura Rojas Hernández (PAN) dijo que se estima que la ola de deportaciones alcance los 400 mil migrantes y, como señalan las reglas autorizadas, pudiera afectar a personas de cualquier nacionalidad.

A su vez, la senadora Mariana Gómez del Campo (PAN) acusó a Donald Trump de haber cobrado la vida de la primera víctima de su intolerancia.  Dijo que el presidente de Estados Unidos “no puede ya dormir tranquilo”, tras el suicidio de un deportado en Tijuana, Baja California.

En el Senado, la Comisión de América Latina y el Caribe se reunió con embajadores de la región, y a ellos el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Fernando Herrera Ávila (PAN), dijo que es inaceptables las pretensiones de someter el derecho a crecer y al desarrollo de las naciones, y de violentar los derechos humanos y laborales de los migrantes en la Unión Americana.

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