El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Devin Nunes, se negó hoy a abandonar la investigación sobre los supuestos nexos entre Rusia y Donald Trump que realiza su comité, a pesar de las crecientes peticiones de los demócratas al respecto.

En los pasillos del Congreso, los reporteros preguntaron a Nunes si se plantea abandonar la investigación sobre Rusia, a lo que el legislador respondió: "¿Por qué debería hacerlo?".

Varios legisladores demócratas han pedido a Nunes que se aparte de la investigación sobre Rusia al considerar que sus visiones han sido influidas por el equipo de Trump, con el que trabajó estrechamente durante la etapa de transición hasta que el magnate tomó posesión como presidente estadounidense el pasado 20 de enero.

"Hemos llegado al punto, después de los eventos de la semana pasada, en los que es muy difícil mantener la credibilidad de las pesquisas si Nunes no se inhibe de la investigación sobre la campaña de Trump o su equipo de transición, del que era parte", dijo Adam Schiff, el demócrata de mayor rango del comité de Inteligencia.

La semana pasada, Nunes acudió solo a la Casa Blanca y, sin avisar antes a los miembros de su comité, anunció en una rueda de prensa que había informado al presidente sobre la posibilidad de que sus comunicaciones hubiesen sido interceptadas de manera indirecta, mientras se espiaba con orden judicial a otros.

Nunes, sin embargo, no reveló de dónde obtuvo esa información y solo dijo que había recibido datos de una fuente anónima con la que se había reunido dentro del complejo de la Casa Blanca, una acción que ha despertado dudas sobre su independencia entre legisladores demócratas y también republicanos.

Las declaraciones de Nunes sirvieron a Trump para reforzar sus denuncias contra el expresidente Barack Obama, a quien acusó a mediados de marzo de haber ordenado infiltrar sus comunicaciones en la Torre Trump de Nueva York, una afirmación que levantó gran polémica por haberse realizado sin ninguna prueba.

El hecho de que Nunes se reuniera supuestamente con una fuente en la Casa Blanca y luego acudiera allí a comunicar los resultados de su investigación ha despertado dudas sobre su independencia del Gobierno, la rama del Estado a la que tiene el deber de vigilar como presidente del comité de Inteligencia de la Cámara Baja.

El propio Nunes canceló una audiencia pública prevista para hoy sobre la supuesta injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016 con el objetivo de favorecer a Trump y dañar con ataques informáticos a la candidatura de la demócrata, Hillary Clinton.

En esa sesión iban a testificar importantes funcionarios del Gobierno del presidente Barack Obama (2009-2017) como el exdirector de Inteligencia Nacional, James Clapper; el que fuera director de la CIA, John Brennan, y la exsubsecretaria de Justicia Sally Yates.

El diario Washington Post aseguró hoy que la orden de bloquear el testimonio de Yates vino directamente desde la Casa Blanca.

El diario, que cita unas cartas del Departamento de Justicia, asegura que la Casa Blanca exigió a Yates que no testificara en una audiencia pública del Congreso porque parte de su testimonio y su conocimiento está protegido por unas cláusulas de confidencialidad que impiden que se conozcan las comunicaciones con el presidente.

En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, consideró que la historia del diario es "totalmente falsa" y aseguró que la Casa Blanca no ha tomado ninguna acción para evitar que Yates testificase en una audiencia del Congreso.

De manera paralela a la investigación abierta en los comités de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) está realizando sus propias pesquisas para averiguar si Rusia trató de influir en el resultado de las elecciones.

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