Los republicanos de la Cámara de Representantes se retractaron el martes de su decisión de dejar sin funciones a una comisión que vigilaba la conducta ética de los legisladores.

Lo hicieron tras presiones del presidente electo Donald Trump, quien poco antes había cuestionado la decisión de los republicanos de la Cámara de Representantes de atrofiar el funcionamiento de la Oficina de Etica del Congreso (OCE), afirmando que las reformas al sistema de impuestos y al sistema médico deben ser la prioridad.

Mediante tuits, Trump reaccionó a la decisión el día anterior de los republicanos de la Cámara Baja de colocar la agencia investigadora, que era independiente, bajo la potestad del Comité de Etica de la Cámara de Representantes, manejada por los mismos legisladores.

"Con todo el trabajo que el Congreso tiene por hacer, ¿realmente tienen que debilitar a la agencia investigadora, por injusta que sea?", dijo un tuit.

Agregó "¡Enfoquémonos en la reforma al sistema de impuestos, al sistema médico, tantas otras cosas que son mucho más importantes! Hay que drenar el pantano".

Los republicanos de la Cámara de Representantes votaron a última hora del lunes a favor de restringir significativamente el poder de la OCE.

La votación, a puerta cerrada y sin previo aviso, se produjo durante una reunión en la que los principales líderes republicanos de la Cámara Baja, Paul Ryan y Kevin McCarthy, se opusieron a esa medida, que será sometida hoy a voto en el pleno.

Hoy se inaugura precisamente un nuevo periodo de sesiones del Congreso de EU, donde los republicanos mantienen su mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado tras las elecciones legislativas del pasado noviembre.

La enmienda adoptada por los republicanos en la reunión del lunes a propuesta del legislador Bob Goodlatte coloca a la OCE, ahora independiente, bajo la jurisdicción del Comité de Ética de la Cámara Baja.

De ese modo, se busca otorgar el papel de vigilancia ética e investigación a los propios legisladores, a través de ese Comité de Ética de la Cámara Baja, acusado en el pasado de ignorar acusaciones creíbles contra congresistas.

La OCE se estableció como una entidad no partidista e independiente dentro del Congreso en 2008, bajo el liderazgo de la entonces presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, y tras varios escándalos de corrupción y malas prácticas protagonizados por legisladores.

En un comunicado, Pelosi denunció que la votación en favor de debilitar el poder de la OCE indica que "la ética es la primera víctima del nuevo Congreso republicano".

Goodlatte, presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja, defendió, por su parte, que su enmienda no pretende "impedir" el trabajo de la OCE.

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