Antes de que concluya el periodo de Barack Obama en enero de 2017 y Donald Trump asuma la Casa Blanca, el efecto regional del triunfo podría atizar la migración irregular desde Guatemala, El Salvador y Honduras a EU por México, acelerar las negociaciones de paz en Colombia y radicalizar a los gobiernos izquierdistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

“Trump pone presión en Colombia a la velocidad de la renegociación con la guerrilla colombiana sobre el acuerdo de paz”, que busca acabar con una guerra que lleva más de 52 años y que fue derrotado en un plebiscito el 2 de octubre anterior, dijo el colombiano Alexánder Reaño, coordinador de la (no estatal) Fundación Paz y Reconciliación, de Bogotá.

Reaño declaró a EL UNIVERSAL que Obama dio “un espaldarazo” al acuerdo y que, por eso, se busca que la renegociación concluya antes de que Trump asuma. “Los demócratas son más afines al acuerdo que la derecha de Trump. El asunto clave es el narcotráfico y la lucha antidroga de Trump”, subrayó.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, felicitó ayer al presidente electo.

Migración. El gobierno de El Salvador congratuló a Trump y llamó “a la calma” a los aproximadamente dos y medio millones de salvadoreños que viven en EU y a sus familias en esa nación centroamericana que, ansiosas por la reunificación, también podrían migrar ilegalmente.

En un comunicado, el gobierno evitó una alusión directa al riesgo de que la migración irregular a EU de parientes de salvadoreños ya instalados—legal o ilegalmente—en ese país para reunificarse con sus familias, aumente antes de que Trump asuma pero garantizó a los migrantes que trabajará por el respeto a sus derechos.

Las propuestas del ahora presidente electo contra la migración ilegal fueron base de su campaña para derrotar a la demócrata Hillary Clinton, por lo que el eventual aumento de las deportaciones desde EU inquieta a El Salvador, Honduras y Guatemala, que generan una masiva migración irregular.

El gobierno de Guatemala abogó para que las acciones de Trump “permitan reconocer el valioso aporte” de los migrantes en EU. Honduras, Costa Rica y Panamá también saludaron a Trump.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, felicitó a Trump y afirmó que “nos sumamos a quienes creemos que es posible trabajar” con EU con “diálogo y entendimiento”.

Radicalizar. Ortega, cuya victoria el domingo pasado en las elecciones de Nicaragua es cuestionada por Washington, asumirá el 10 de enero próximo, 10 días de antes de Trump. La oposición nicaragüense dijeron a este diario que prevén que Ortega radicalizará su poder total, ya que el Senado de EU espera aprobar—al cierre de Obama o al inicio de Trump—un proyecto de ley de republicanos y demócratas refrendado en septiembre de este año por la Cámara de Representantes que condiciona el acceso de Nicaragua a financiamiento externo a elecciones libres y al respeto de la institucionalidad democrática.

Entre tanto, el gobierno de Venezuela, que acusa a Obama de propiciar un golpe de Estado de la oposición venezolana, felicitó a Trump y pidió “relaciones políticas y diplomáticas bilaterales respetuosas” entre Washington y Caracas y el “respeto a la no intervención en los asuntos internos”.

Previo al triunfo del multimillonario, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, descartó que puedan sanarse los nexos con la Casa Blanca, por lo que en la oposición venezolana se prevé que, por ser Trump más radical, el chavismo endurecería posiciones.

Mientras, el gobierno de Cuba, sin entrar en detalles, confirmó ayer que el presidente cubano, Raúl Castro, envió un mensaje de felicitación a Trump. Cuba reforzó en el último trimestre su ataque político a EU por el embargo económico que le impuso desde 1962, en coincidencia con el rechazo de Trump a que Obama reanudara en 2015 los lazos diplomáticos con La Habana, en el deshielo que ambos gobiernos iniciaron a finales de 2014 tras más de medio siglo de tensiones bilaterales.

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