Ginebra.— Más de 26 mil menores no acompañados han sido detenidos en la frontera de Estados Unidos en los primeros seis meses de 2016, la mayoría de ellos provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras, según denunció ayer en un informe el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Otros 16 mil niños, también no acompañados y originarios de los tres países centroamericanos, nunca lograron llegar a EU y fueron detenidos en la frontera mexicana en el primer semestre del año. El texto recuerda que la gran mayoría de estos niños huyen de la violencia de las maras, o pandillas callejeras, de las que son víctimas, o de una vida de pobreza sin esperanzas.

“El riesgo de que estos niños no acompañados sean secuestrados, víctimas de tráfico, violación, o asesinados durante el trayecto es enorme, y el mayor problema es que el número no deja de crecer”, indicó en rueda de prensa Christoph Boulierac, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Otras 29 mil 700 personas que viajaban en grupos familiares, la mayoría mujeres y niños pequeños, también fueron retenidas en ese mismo periodo en la frontera de EU. Más allá del riesgo que corren durante la travesía, Unicef está especialmente preocupado por el trato que reciben estos menores no acompañados una vez retenidos.

“Por principio, Unicef es contrario a la detención de menores de edad. Todos los países deberían buscar alternativas a la retención de niños y no detenerlos en base a su simple estatus migratorio”, explicitó Boulierac.

El informe recoge que si bien la mayoría de hombres adultos que son detenidos en la frontera de Estados Unidos son deportados casi inmediatamente, las madres y los niños pequeños pueden pasar meses en detención, y los menores no acompañados incluso años, porque sus casos son revisados por un tribunal de justicia. De hecho, una veintena de madres inmigrantes de un centro de detención de indocumentados superaron ayer las dos semanas en huelga de hambre para protestar por su privación de la libertad, según informó la organización “Shut Down Berks”.

850 cuerpos de indocumentados sin identificar. En tanto, autoridades estadounidenses revelaron que mantienen en salas refrigeradas los restos de 800 a 850 presuntos inmigrantes indocumentados que murieron al cruzar la frontera por el desierto del sur de Arizona, y que permanecen sin identificar.

La Oficina del Servicio Forense difundió un video testimonial para desalentar el cruce de indocumentados, el cual habla de los “cientos de cuerpos sin vida de hombres, mujeres y niños” encontrados en el desierto del sur de Arizona y que murieron por insolación, por falta de agua, entre otras razones.

El vocero de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Jaime Ruiz, alertó de que el desierto de Arizona “es una trampa mortal” y de que en muchos casos “la morgue es el lugar donde terminan sus sueños [de los migrantes]”.

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