Preocupado y frustrado por el avance del republicano Donald Trump en la lucha por la presidencia, Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York y uno de los hombres más ricos del mundo, estudia la posibilidad de lanzar su candidatura independiente por la Casa Blanca.

A decir de su biógrafa, la escritora Joyce Purnick, dos factores determinarán la decisión de Bloomberg: un eventual colapso de la candidatura de la aspirante demócrata Hillary Clinton y el avance del adversario de ésta, Bernie Sanders.

¿Presentará o no su candidatura a la presidencia Bloomberg?

—En este momento soy incapaz de responder a esa pregunta. Lo único que puedo decir es que lo conozco bastante bien como para asegurar que Bloomberg no presentará su candidatura a la presidencia a menos que encuentre una vía segura para ganar. En otras palabras, Bloomberg examinará todas las encuestas que tiene a la mano y escuchará a sus asesores. Decidirá no más allá de marzo, cuando vence el plazo para registrar su candidatura en los 50 estados de la Unión. También decidirá a partir de quiénes estarán en la línea de salida. Es decir, si son Donald Trump y Hillary Clinton los nominados por los partidos republicano y demócrata. No es una decisión fácil, porque ningún candidato independiente ha tenido posibilidades en Estados Unidos desde el siglo XIX…

¿Hasta qué punto la candidatura de Trump y la forma en que ha conducido su campaña han influido para que Bloomberg se haya planteado la posibilidad de contender por la presidencia?

—Creo que Bloomberg está profundamente ofendido por la forma en que Trump se ha conducido en su campaña. No le ha gustado la forma tan repugnante y tan racista con la que Trump ha conseguido colocarse a la cabeza de los sondeos. Estoy convencida de que en este momento Bloomberg está no sólo muy frustrado, sino muy preocupado por la suerte de la nación en caso de que Trump llegue a la Casa Blanca. Bloomberg es un hombre arrogante, egocéntrico y ambicioso. Pero también es un hombre serio en lo que concierne al destino de la nación.

Si los nominados son Hillary Clinton por el Partido Demócrata y Donald Trump por el Partido Republicano, ¿qué haria Bloomberg bajo ese escenario?

—Yo diría que... si para comienzos de marzo la campaña de Clinton va bien. No estupenda, pero bien. Si para ese entonces la campaña de Clinton no ha colapsado a consecuencia de algún escándalo, creo que será muy difícil que Bloomberg se presente. Porque casi con toda seguridad, Bloomberg arrastraría muchos votos independientes y demócratas y esto garantizaría la victoria de los republicanos, es decir, de Trump en caso de que se haga con la nominación.

Y estoy segura de que Bloomberg no quiere ser la persona que contribuya a que Trump sea el próximo presidente de EU.

Un posible duelo entre dos magnates como Trump y Bloomberg ha capturado la imaginación y el entusiasmo de los medios de comunicación. ¿Cómo explicar esto?

—Creo que aquí hay varias cosas que se juntan. Tenemos, por ejemplo, el argumento de Bernie Sanders sobre el colapso de la clase media y el avance de una minoría que sigue concentrando la riqueza. Uno podría pensar que este reclamo de Sanders dañaría a un multimillonario como Trump o como Bloomberg. Pero, si tú eres un magnate con mucho dinero, puedes presentarte como un independiente. Y eso es lo que está pasando con Trump y ocurrió en su momento con Bloomberg cuando contendió por la alcaldía en Nueva York. Los electores piensan: este tipo es rico, puede financiar su propia campaña y además no podrá dejarse influenciar por los intereses creados en Washington, por corporaciones como la de los hermanos Koch, por los sindicatos y por todos los grupos de poder.

¿Quién es más rico entre Trump y Bloomberg?

—De lejos Bloomberg. Es mucho más rico que Trump.

¿Así que es perfectamente capaz de superar a Trump en cuanto a financiamiento de campaña?

—Bloomberg se puede dar el lujo de gastar más de mil millones de dólares en su campaña sin ningún problema.

¿Está listo Estados Unidos para un presidente judío?

—No lo sé. Pero ahí está el caso de Sanders, que es judío y no parece tener ningún problema. Al parecer, una parte del país sí está listo para ello. Pero no cabe duda de que el hecho de ser judío no le será muy favorable a Bloomberg en ciertos sectores del país, no sólo por el hecho de ser judío, sino porque no es religioso en absoluto. Nació judío, no puede escapar a ese hecho. Pero no sólo no es religioso, sino que tampoco es un judío observante. Estoy segura de que Bloomberg, a diferencia de otros candidatos, nunca hablará de religión. De hecho, cuando estaba contendiendo por la alcaldía de Nueva York, él siempre dejó en claro que la religión es un asunto muy personal.

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