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El año pasado, siete de cada 10 pequeños comercios en la Ciudad de México fueron víctimas de la delincuencia; el incremento de la inseguridad ha generado en este sector económico pérdidas por alrededor de 168 millones de pesos.

De acuerdo con la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope), robos, extorsiones y diversas modalidades de secuestros, como el exprés, son algunos de los delitos que han padecido.

“La buena imagen que la Ciudad de México alcanzó en 2010, en términos de seguridad, diferenciándose de lo que pasaba en otras localidades, lo que incluso nos reimpulsó como atractivo turístico nacional, en el último año se ha desvanecido y parece empeorar”, destacó el organismo.

Según datos de la Canacope, obtenidos a través de un sondeo de opinión entre sus agremiados, 66% de los comerciantes víctimas de la delincuencia no denunciaron por desconfianza en la autoridad y porque lo consideran pérdida de tiempo. Un mismo porcentaje dijo que en general no confía en la impartición de justicia en la Ciudad de México.

Un 78% dijo desconfiar de la atención en los ministerios públicos, por la negligencia, malos tratos y actos de corrupción. Además, 50% no conoce el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, mientras que 68% consideró que éste tiene más ventajas para el infractor que para la víctima.

“Como representantes del sector comercial y prestador de servicios de la Ciudad, vemos imperativo solicitar a las autoridades delegacionales y del Gobierno de la Ciudad, dadas sus atribuciones y funciones, a que redoblen su participación en apoyo a la población para la prevención de los delitos y restablecer condiciones de seguridad en toda la Ciudad”, destaca el reporte dado a conocer ayer por la presidenta de la Canacope, Ada Irma Cruz Davalillo.

De manera particular, la cámara solicitó a las autoridades redoblar la presencia policial, principalmente en zonas que están repuntando en casos violentos, robos y asaltos; incrementar la colaboración con el sector comercial de las calles, barrios y colonias de la ciudad.

“Este año se intensificaron los actos violentos y delincuenciales como asalto a transeúntes, negocios y automovilistas, así como robos a cuentahabientes, transporte público (...) Todo ello, generando un ambiente de zozobra en la población y sectores productivos, lo que puede derivar en fenómenos de retracción en la dinámica cotidiana, reduciendo (...) los intercambios comerciales y, en general, reduciendo la apropiación de la sociedad de los espacios públicos, derivando en disminución de la inversión económica y de la productividad”, señala el reporte.

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