Llevo dos semanas en campaña, recorriendo el país y escuchando a los mexicanos. La verdad es que hacer campaña sin la estructura de un partido político me ha dado mucha más libertad de hacer y decir las cosas que yo quiero. Mi equipo, además, tiene de sobra lo que el dinero no puede comprar: valor y valores. Todos están en la campaña como voluntarios y me ayudan porque están convencidos de que es lo mejor para México. Me siento profundamente agradecida y orgullosa de ellos.

En días pasados presenté a Alejandro Hope, uno de los especialistas más importantes en materia de seguridad en México, como asesor de mi campaña a la Presidencia. Tener una propuesta sólida de seguridad es muy importante porque veo con preocupación dos cosas: una, que a pesar de la gravísima situación que vive el país, el tema de seguridad no está ocupando un espacio central en la agenda de las campañas presidenciales; y dos, que la propuesta central del candidato López Obrador en ese tema —dar amnistía a los criminales— además de ser profundamente inmoral, no serviría en absoluto para detener el crecimiento de la violencia y el delito; al contrario, significaría condenar a muchas regiones de nuestro país al gobierno de los criminales. México sería, para fines prácticos, un narco-estado, y la frase del “estado fallido” se volvería una dolorosa realidad.

Proteger a los mexicanos de los delincuentes es para mí una prioridad y por eso comencé yendo a dos lugares castigados por la inseguridad, para escuchar a las víctimas y a las organizaciones sociales. En Ecatepec me reuní con deudos de víctimas de feminicidio y afirmé que tendré una política basada en tres letras “p”: prevención, prioridad y presupuesto. Ante las mujeres de ese municipio tan lastimado y abandonado por la autoridad me comprometí a ser una Presidenta que va a protegerlas con todo porque urge acabar con la violencia y en especial con los feminicidios, la trata de personas, la violencia doméstica y el acoso. Por su parte, en Ciudad Altamirano, Guerrero, me comprometí a tener una política de seguridad que tenga al ciudadano como centro, y para ello será clave sacar a la Policía Federal de donde la escondieron este sexenio (SEGOB) y crear una nueva Secretaría de Seguridad Ciudadana. Ya vi por ahí que Ricardo Anaya me copió la idea, pero yo la vengo planteando desde el año pasado en mi libro de propuestas, Es la Hora de México.

Estos días también he participado en foros organizados por las principales asociaciones de empresas nacionales y extranjeras del país, como el de la American Chamber Capítulo México, el del International Women’s Forum y el del Consejo Coordinador Empresarial. Confirmé que no importa si uno habla con la señora que vende arreglos florales en Ciudad Altamirano o con la CEO de una trasnacional: todos los mexicanos quieren seguridad, Estado de derecho y una justicia que sirva. Todos exigen poner punto final a la larga noche de impunidad y violencia que azota a nuestro país. Y no, ni ellos ni yo ni nadie quieren “guerra” como hay quienes todavía afirman con toda la mala fe. Lo que quieren es que el Estado los defienda y eso es lo que yo les daré cuando sea Presidenta: un Estado valiente, firme y que esté ahí donde se le necesita, ya sea en la forma de una Policía Federal moderna o con las Fuerzas Armadas mejor equipadas que se hayan visto en México.

Finalmente, en días recientes, mi campaña devolvió al INE el dinero público que por ley le corresponden. Esto porque estoy decidida a romper el gusto que tienen los partidos y los candidatos a las carretadas de dinero público que ellos mismos se han aprobado. Yo estoy haciendo una campaña de ideas, de principios, de propuestas y de valores. Las encuestas muestran que ese mensaje está resonando entre los ciudadanos y que, a pesar de la inequidad masiva en la competencia y las decisiones de tribunales que terminan metiendo candidatos por decreto, nosotros tenemos a los mexicanos libres de nuestro lado. Esta es una campaña ciudadana para los ciudadanos.

Abogada

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