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Oaxaca.— Los principales perjudicados con el conflicto magisterial en Oaxaca son los estudiantes que piden una solución y se respeten sus derechos como alumnos.

Alejandro terminó la secundaria en la Técnica número 6, pero al igual que sus compañeros de salón, hubo algunos días sin clases y algunos alumnos fueron perjudicados pues ya no pudieron entregar trabajos.

“Se fueron a paro los maestros y a varios chavos les perjudica, pueden reprobar, irse a extraordinario o ya no pueden entrar a la prepa y pierden el año.

“Les afectó en algo a mis compañeros porque con el paro ya no pudieron entregar trabajos, era el último bimestre para hacerlo y salir con mejor promedio”, menciona.

Para el estudiante que cerró un ciclo en su vida es difícil de entender la forma en que se manifiestan los profesores, por qué lo hacen de ese modo, sin ver que perjudican a todos los demás.

“Creo que los maestros no se qué es lo que piensan con estas cosas que le perjudican a la sociedad y sobre todo a nosotros los alumnos que nos dejan sin clases”, indica.

En el parque El Llano está Luis Antonio despidiéndose de la generación de la escuela Moisés Sáenz Garza, los amigos dejan en la playera plasmados los mejores deseos.

Ahí comenta que los profesores se contradicen al pedir algo que ellos no ofrecen: respeto.

“Pienso que la forma en que se manifiestan expresa lo que tienen en contra, pero creo que si hablan de respetar, eso significa que actúen sin afectar a terceros, y ellos nos están afectando. No es la manera de vida, no es la forma y no es tan correcto la forma en que lo hacen”, señala.

Antonio indica que hay educadores que en verdad se merecen el respeto de los alumnos, pero hay otros que simple y sencillamente no lo merecen y reflexiona: “Por qué no mejor apoyamos a los maestros que en verdad quieren trabajar, sacar adelante al país y no a los que quieren bloquear y lastimar personas.

“Si los maestros faltan nos afectan, afortunadamente lo hicieron a finales de ciclo; la forma en que se manifiestan no es la solución, es una forma para llamar la atención, pero deben buscar una solución en la que respeten a terceros”, agrega.

La solución. Tasha Damián, del Instituto San Pablo, disfruta un helado junto a su hermana y su padre. Es día familiar. A su corta edad ya tiene una solución: un acuerdo en el que las dos partes cedan un poco.

El joven de 13 años de edad menciona que el 20 de junio luego de los hechos de Nochixtlán, en su escuela suspendieron las clases pero luego regresaron los maestros.

“La solución es que se pongan de acuerdo, que encuentren un punto medio, que se aplique la reforma , pero que no les quiten las plazas a algunos maestros”, explica.

Diego de la escuela Ricardo Flores Magón, saborea una paleta de hielo; tiene 11 años y terminó el cuarto grado de primaria; formó parte de la banda de guerra y obtuvo un tercer lugar en el concurso de bandas.

Señala que sus maestros le daban un día sí y otro no clases, así se la llevaron después de los hechos de Nochixtlán, pero asegura que no le afectó en sus calificaciones ni en el aprendizaje porque tenían trabajo que les dejaban los profesores para hacerlo en casa. Con Mario y Nayeli sucedió lo mismo, faltaron sus profesores. Uno pasa a quinto y el otro a tercero de primaria.

En el parque donde se toman fotos con su padre comentan que los días en que faltaban sus profesores se quedaban en casa.

A Mario le gusta la clase de matemáticas y a Nayeli la de español.

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