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Talleres y almacenes clandestinos de pirotecnia son instalados en zonas urbanas de este municipio, lo que no ha podido ser erradicado por autoridades municipales, a pesar del riesgo de accidentes que ponen en peligro la integridad de la ciudadanía.
Incluso varias viviendas de Tultepec tienen letreros de “se vende cohete”, a pesar de que en la localidad se ubica el tianguis pirotécnico de San Pablito, con 300 locales que ofrecen juguetería pirotécnica.
El 24 de marzo del 2014 estalló un almacén clandestino de productos pirotécnicos en el barrio San Juan.
Los alumnos de la escuela primaria Felipe Villanueva, localizada en calle Francisco I. Madero, en dicho barrio, se tiraron al suelo tras el estallido, que rompió vidrios de las ventanas y cimbró todo el plantel educativo.
Algunos niños resultaron lesionados con cortaduras y las clases en la escuela se suspendieron una semana, hasta que fue revisado el plantel y se determinó que no tenía daños estructurales.
Una vivienda ubicada justo detrás de la escuela era utilizada como almacén de productos pirotécnicos.
El pasado 21 de marzo estalló un almacén clandestino de pirotecnia en calle Emiliano Zapata, en el barrio de Xahuento, con saldo de tres hombres muertos, uno de ellos menor de edad, y otro menor desaparecido, así como 11 viviendas dañadas, cuatro de ellas totalmente destruidas por el impacto.
La enorme loza del almacén prácticamente voló y cayó en fragmentos sobre las otras casas, que quedaron totalmente afectadas.
El gobierno municipal instaló un albergue para las familias que se quedaron sin viviendas, además de que apoyó los gastos funerarios de los afectados.
El alcalde Armando Portuguez Fuentes reconoce que existen talleres y almacenes clandestinos de pirotecnia, aunque el asunto no es fácil de resolver, pues parte de la población depende de esta actividad para sobrevivir.
“Yo no puedo ser el denunciante, aunque pongo ahora sí en riesgo la integridad de algunas personas, pero si empiezan los cateos y la Secretaría de la Defensa viene aquí, créanme que se nos arma toda una revolución”, menciona.
Añade que el gobierno municipal dialoga con los artesanos pirotécnicos y les pide que salgan de la zona urbana, además de que con frecuencia colonos denuncian talleres y almacenes clandestinos.
Afirma que los acaparadores de productos pirotécnicos propician el clandestinaje, pues venden materia prima a pequeños productores, que elaboran la juguetería pirotécnica en sus casas, y posteriormente compran el producto terminado y lo almacenan en ocasiones en lugares no autorizados.
“Muchos que a veces compran no tienen dónde almacenarlo y no lo quieren almacenar en su casa. Buscan un lugar, como aquí, construyen por allá, ponen un vigilante y si pasa un accidente no hay bronca. Pero por desgracia el accidente les pasó a ellos”, menciona.
Añade: “Actualmente cualquiera llega (a Tultepec) y aprende a hacer cohetes, sobre todo la gente que llega de las partes altas. Y los que llegaron piensan que es negocio y se dedican a hacerlos. Los hacen, pero no saben de calidades. Y los pirotécnicos de antaño como que conocen mucho las calidades, hacen sus pruebas y saben cómo mezclar para evitar los accidentes”.
Concluye: “Así es como funciona la economía aquí”.
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