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Cuernavaca.— Ella tiene que salir corriendo detrás de su nana, porque después de un disgusto la mujer se ha puesto mal y la familia decide ir detrás de las dos. “Tengo que ir, porque ella es como mi mamá”, grita Verónica, mientras sube a la ambulancia que ha estado en la hacienda por una hora esperando hacer su aparición en escena.

Antes de que se acabe el día habrían de pasar dos cosas: Martín se enfrentaría por primera vez a Virginia y Emiliano traería rosas y un mariachi para convencer a Verónica de que su amor es mejor que el de Martín.

“Esto no es nada, todavía tengo muchas fechorías bajo la manga, no han visto nada todavía”, dice Grettell Valdez mientras se fuma un cigarro y espera su turno para aparecer en la escena.

Por su parte, Iván Sánchez usa la imagen del león enjaulado mientras se prepara para una de las escenas “más fuertes”, dice. Entre murmullos, el español se enoja y hace ademanes, él no será el único que grite esa noche.

El encuentro se da. Martín (Sánchez) le grita a Virginia (Valdez) que por ella toda su historia de amor con Verónica (Ana Brenda Contreras) no funcionó y que su venganza terminó sobre la persona equivocada.

Además del griterío, Martín toma en sus manos el cuello de Virginia y la lanza al suelo y cuando está apunto de seguirle gritando... ¡corte!

El director decide parar la escena e Iván se enoja, pero antes de continuar ayuda a Grettell a ponerse en pie y le pregunta si está bien, ella responde que sí, pero ambos saben que tendrán que repetir la escena.

Se hacen unos cambios de iluminación, pero la escena se vuelve a correr y al terminar Iván dice que le gustó más la primera y se sienta para continuar con la serie de regaños que los otros personajes le harán al Martín golpeado y casi derrotado.

Mientras a él lo regañan, un gran ramo de rosas espera en una cubeta para aparecer esplendoroso en la escena en donde Emiliano (Sergio Sendel) le reiterará el amor a su dulce Verónica.

Mientras ese momento llega, Emiliano saldrá corriendo para subirse en un Mercedes negro y acelerará a fondo, aunque en realidad sea un par de metros y tenga que volver a su punto de inicio a la misma velocidad.

La noche llegó y es momento de que la pelea no sólo sea entre Emiliano y Martin, sino que los mosquitos son impabables y se están dando un festín con el equipo de la producción.

La serenata comenzaría pronto. Los mariachis y el romance podrán en aprietos a los protagonistas.

Lo imperdonable, producción de Salvador Mejía, llegará a su fin el 4 de octubre. Los escenarios para la historia fueron una hacienda de Cuernavaca, Cancún y la Huasteca potosina.

El elenco demuestra que se divierte en entre los cortes de las escenas, con bromas, y pláticas inconclusas que les hacen pasadera la estadía.

“Ha sido difícil, hemos podido encontrar los espacios que hagan lucir México, porque nuestras producciones se ven alrededor del mundo”, comentó Salvador Mejía.

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