Aislinn Derbez, al borde de un ataque de nervios.
La hija mayor de Eugenio Derbez, Aislinn, tiene muchas cosas en la cabeza... pero todas tienen que ver con la organización de su pronta boda. La actriz está por casarse con Mauricio Ochmann y, como cualquier novia, los preparativos la tienen tan atareada que sin importar el lugar donde esté, todo el tiempo está viendo el reloj, consultando su celular y murmurando: “Tengo muchas cosas que hacer para mi boda”. Así le pasó durante la promoción de Compadres, en la cual fue evidente que la actriz preferiría estar escogiendo el color de las flores que hablando de su actuación.
Angélica Vale enseña pierna.
Es normal que la mayoría de las conductoras de programas de revista o variedades enseñen pierna. Torneadas, bronceadas y hasta con brillantitos es como las famosas presumen sus extremidades. Pero en el caso de Angélica Vale no es tan común que la actriz ande mostrando piel o cuando menos no muy por arriba de la rodilla. Así que fue una sorpresa que para su programa nocturno Qué noche, en Telemundo, Angélica Vale decidió que era buen momento de darle más aire a sus piernas e incluso escogió un atuendo sexy.
Samia se obsesiona con una selfie de 23 centímetros.
El buen humor y picardía de la comediante Samia no conoce momento, ni lugar. La también imitadora quedó prendada del actor Raúl Corona, quien forma parte del elenco de la obra 23 centímetros. Samia no lo pudo (o quiso) disimular: sin importar que el actor estuviera en entrevista Samia le hacía bromas y trataba de tomarse alguna selfie con él, además de acercar la cámara de su teléfono a la entrepierna de su pantalón para comprobar si hacía honor al título de la puesta en escena. Corona lo tomó con humor y cierta timidez porque se sonrojó un poco pero comprendió que así es la personalidad de Samia y hasta una sonrisa le regaló.
Cinépolis contra el fraude con boletos falsos.
El departamento jurídico de Cinépolis revisa medidas legales para ver qué puede hacerse contra un individuo que, en Internet, vende vales falsos que presuntamente pueden ser canjeados en dulcería y taquilla. El joven los vende en 35 pesos y ofrece llevarlos a cualquier estación del Metro. La cadena exhibidora dice que no serían recibidos en sus complejos.