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Nueva York.— Hoy Chronic, la película del mexicano Michel Franco, se estrenará por todo lo alto en la ciudad de los rascacielos.

“Era muy importante para mí que un filme que se hizo en inglés finalmente llegara a las salas. Estoy seguro de que la gente va a entender muy bien el feeling de la película, hay muchos actores que viven en Nueva York y creo que el público va a ser muy empático con ella. Tengo esperanza de que el boca a boca haga que la película tenga una vida larga en cartelera, pues si bien la cinta no tiene una distribución masiva, espero que esté en suficientes salas y que su carrera perdure por las mismas recomendaciones de la gente”, dice a EL UNIVERSAL el director que acudirá esta noche al estreno de su filme en el Cinema Village, en donde estará acompañado de la actriz Nailea Norvind.

La gran manzana fue precisamente en donde comenzó la carrera del mexicano como cineasta, después de un cortometraje que rodó como proyecto final de un taller de cine.

“La meta de ese curso era terminar haciendo ejercicios muy simples y yo en un plan más ambicioso hice un cortometraje que pude inscribir a festivales y que me empezó a abrir algunas puertas. Fue una gran experiencia”, recordó el director al que le gustaría volver a rodar en Nueva York, “de hecho Chronic se iba a hacer en Nueva York, pero al final decidí hacerla en Los Ángeles porque me gustaba el contraste de tener una historia que es muy dolorosa pero con palmeras alrededor. Pero, ¿cómo no querer filmar en Nueva York? Yo soy fanático de Woody Allen así que me encantaría poder rodar ahí algún día”.

Para Franco, como cineasta y como ciudadano, es imposible no preocuparse por lo que nos rodea.

“En mi caso el cine es entretenimiento, pero también un vehículo para entender por qué vivimos lo que vivimos y cómo somos como individuos y como sociedad y eso es parte de mis películas y creo que es por eso que conectan con la gente. Hablo de temas que a todos nos interesan”.

Explica que su más reciente proyecto, A los ojos, tuvo un proceso de creación muy peculiar.

“La película ha sido muy bien recibida, desgraciadamente no ha tenido una vida comercial fuerte porque el tema es difícil y es algo que la gente no quiere ver ni enfrentar. Se llama A los ojos porque justamente las personas no quieren ver esta realidad a los ojos”, explica el director para el que ésta puede ser una razón de por qué el cine nacional no es tan apoyado en territorio mexicano como lo es en Europa.

Y, a pesar de que Michel no es un director al que le interesa la política, asegura que lo que sí le importa es cómo ésta afecta al rumbo del país y a sus individuos.

“Si hago una película será más bien desde un trasfondo social pero no a través de la política. El caos en el que vivimos en México es parte de nuestra realidad”.

Michel mencionó que algo muy valioso en el cine nacional actual son los apoyos que existen entre los propios cineastas.

“El esfuerzo creativo es individual, obviamente por el proceso que cada uno tiene que hacer, pero también hay un esfuerzo colectivo por nutrir a la industria. Lo que produzco con Lorenzo Vigas, Gabriel Ripstein, Jorge Hernández, son todos proyectos de mucha colaboración. Amat Escalante, por ejemplo, siempre me enseña el corto de su nueva película y yo lo hago ver hasta tres cortes de las mías. Directores como Iñárritu, Cuarón, Del Toro, son tipos bastante generosos que siempre están abiertos cuando se les busca para que den algún consejo aunque, finalmente, cada uno tiene que encontrar su camino y su voz como creativo. Pero creo que eso es afortunado porque genera una industria con diversidad en cuanto a los perfiles de los directores”.

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