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 Los últimos meses de 2014 y los primeros de 2015 no han sido los mejores para la clavadista mexicana Paola Espinosa. En el aspecto personal, perdió a su padre, motor fundamental de su exitosa carrera; en el profesional, estuvo afectada por una serie de lesiones que la alejaron por varias semanas de lo que más le gusta: competir.

Pero ni las pruebas más complicadas lograron mermar  el ánimo de la  medallista olímpica, quien  busca  resurgir en la justa que más alegrías le ha brindado: los Juegos Panamericanos.

Los cuartos en su ilustre carrera. Quizá los últimos.

“La vida me golpeó y muy fuerte después de los Juegos  Olímpicos de Londres. Lo de mi padre no lo he superado aún, lo extraño cada día más.  También ha sido un proceso  difícil recuperarme físicamente. La paciencia fue mi mejor amiga, cuando las lesiones llegaron una tras otra”, explicó.

Espinosa es la máxima ganadora de México en la justa continental con 10 medallas (6 de oro, 3 de plata y una de bronce). Igualarla se antoja complicado para las nuevas generaciones.

“Nadie me ha regalado nada, todo lo que tengo me lo he ganado.  Me llena de orgullo saber que en los  Panamericanos he tenido mucho éxito, producto del trabajo, de perseguir  sueños y  ser terca. Estoy feliz con la historia que he escrito y voy por más capítulos”,  dijo la oriunda de Baja California.

A diferencia de hace cuatro años en Guadalajara, Paola llega con un perfil discreto a Toronto, donde no será la favorita en la prueba de plataforma.

“Soy muy realista: pelear en casa de las canadienses va a ser muy difícil, además de que voy en la prueba de  10 metros y hace mucho tiempo que no compito en esa especialidad.  Aun así, espero que me vaya bien, es una competencia y todo puede pasar. Yo también he entrenado mucho y a lo que voy es a buscar las medallas”, dijo.

A punto de cumplir 29 años de edad, Espinosa llega como la más experimentada de un equipo de clavados que es uno de los más potentes de la zona y que en Londres 2012 ganó tres medallas, incluida una plata en sincronizados de 10 metros para Espinosa y Alejandra Orozco.

“A Toronto vamos tres medallistas olímpicos, vamos a extrañar a Germán [Sánchez], que es un gran competidor, pero hay mucho nivel con  Iván García, Dolores Hernández, Rommel Pacheco y Jair Ocampo”, agregó la seleccionada, quien ganó tres oros en 2011.

Paola ha dejado de ser aquella niña tímida que con 17 años participaba en sus primeros Juegos Panamericanos en 2003 y no pierde de vista su objetivo principal: los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro 2016.

“Lo más importante sería conseguir el boleto lo más pronto posible, ya sea en Canadá o en el Campeonato Mundial en Kazán. Para mí sería un sueño representar nuevamente a mi país y, por qué no, sumar un nuevo podio olímpico”, se ilusiona.

El segundo lugar histórico de medallas en Juegos Panamericanos lo ocupa la gimnasta Cynthia Valdez —ya en el retiro—, con seis medallas de oro, pero sólo un par de preseas de plata.  El tercer sitio  es para el clavadista Fernando Platas, con tres áureas y cuatro segundos lugares. Le sigue el marchista Carlos Mercenario, con tres oros (1987, 1991 y 1999) y un bronce (1999).

“Cada medalla la he disfrutado al máximo y fue posible gracias al mejor equipo multidisciplinario que me acompaña. Son muchas personas detrás de una  que se sube a competir.  Voy por más a Toronto, soy capaz y tengo calidad para escribir más historia”.

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