Glendale.— Juan Carlos Osorio tiene el escenario perfecto para dejar a un lado su incapacidad de ganar juegos de eliminación directa con la Selección Mexicana.

Falló en sus dos primeros duelos a matar o morir. Ante Honduras, esta noche en los cuartos de final de la Copa Oro, está obligado a quitarse ese estigma, más por la debilidad del rival que por las virtudes que ha mostrado su equipo.

El Tri quedó marginado de la Copa América Centenario 2016 ante Chile por el escandaloso 0-7 en Santa Clara, en cuartos de final.

Un año después, la debacle reapareció para el estratega colombiano. Su combinado fracasó en la semifinal de la Copa Confederaciones, al perder nuevamente por goleada: 1-4 frente a Alemania.

Si se suman ambos partidos, el resultado es un pesado marcador de 1-11. Los partidos trascendentales los ha dejado escapar el estratega verde sin, como se dice en el argot, meter las manos.

La Selección Nacional ha pasado momentos amargos en el actual torneo de la Concacaf. Venció 3-1 a El Salvador y 2-0 a Curazao. Pero empató sin goles con Jamaica, para que se volvieran a desatar las críticas en contra de Osorio.

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