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Guadalajara.— Tan larga la lista de directores técnicos. Tan corta la paciencia de Jorge Vergara. Esa es la historia reciente del Guadalajara. Hoy, el equipo se encuentra en riesgo de perder la categoría. El descenso es una posibilidad tan real como aterradora. Y en el intento de salvar a la institución de una hecatombe, el dueño ha decidido un cambio más: inicia la era de Matías Almeyda, frente al Querétaro.

El argentino llegó el domingo pasado. Le dijeron que José Manuel de la Torre ya había sido despedido. Mentira. ‘Chepo’ dirigía esa mañana la práctica del Rebaño Sagrado. Tras la derrota en Tijuana, por 2-1, estaba sentenciado. Pero nadie se lo había comunicado.

Almeyda tuvo que esperar. No fue sencillo. El finiquito de tres millones de dólares frenaba la salida del que fuera director técnico de la Selección Mexicana. Todavía el lunes, el plantel completo acudió a la casa de Vergara para intentar convencerlo de cambiar su decisión. No hizo caso.

El martes, se anunció por la mañana de forma oficial, la llegada de Almeyda. Ramón Morales, quien era auxiliar de De la Torre, dirigió de forma interina el partido de Copa MX que Chivas perdió frente al Morelia (0-1), en casa. El argentino estuvo en el palco. A la salida le esperaban cerca de 300 aficionados, que le dieron la ‘bienvenida’ al grito de “¡‘Chepo’, ‘Chepo’!”.

No ha sido una semana sencilla para este estratega, con apenas cuatro años de experiencia y dos ascensos en su país, con River Plate y Banfield. El miércoles dirigió por primera vez un entrenamiento con el Rebaño Sagrado. Habló con líderes como Omar Bravo. Necesita convencimiento de sus jugadores. Respaldo.

Hasta el viernes fue presentado de manera oficial, en la cancha del estadio Omnilife. Ha sentido hostilidad por parte de un sector de la afición. La salida del ‘Chepo’ dividió opiniones. “He sido juzgado sin siquiera verme entrenar una sola vez”, se quejó.

“Chivas es un grande porque es el club que más hinchas tiene en el mundo y realmente es un privilegio estar acá. Lo tomo con esa responsabilidad que requiere este momento, con la seriedad y ganas que se requieren. Tengo muchísimas ganas de trabajar, de que esto cambie y Dios quiera que así sea”, sentenció el sudamericano.

Su llegada y esos problemas son ahora parte del pasado. El presente se escribe en el terreno de juego. Inicia la era de Almeyda.

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