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Sin la presencia de Tom Brady, los Patriots de Nueva Inglaterra visitaron la Casa Blanca, un acto protocolario usualmente festivo que se vio ensombrecido por el suicidio en prisión del ex jugador del equipo Aaron Hernández.
Brady, el estelar quarterback del equipo, avisó a la Casa Blanca que estaba lidiando con algunos “asuntos familiares” y no acudiría a la ceremonia con el presidente Donald Trump. Más de dos docenas de jugadores no participaron, algunos por motivos políticos.
Poco antes de la actividad, Brady publicó en Instagram una foto de sus padres, deseándoles un feliz aniversario.
Trump felicitó a los Patriots de Nueva Inglaterra y destacó que “ningún equipo ha sido tan bueno, durante tanto tiempo.
“Fue un trabajo de equipo. Esa es la belleza de lo que hacen, ganan como equipo”, dijo Trump, quien comparó la remontada de un déficit de 25 puntos contra los Falcons de Atlanta en el Super
Bowl con su propia victoria en las elecciones presidenciales.
“Los expertos se equivocaron, ¿no es así? Dijeron que no podrían lograrlo”.
Trump pronunció el nombre
de varios jugadores, aunque no mencionó a Brady, cuya amistad sacó a relucir varias veces durante su campaña.
El dueño de los Patriots, Bob Kraft, es amigo de Trump.
La actividad con el mandatario fue horas después que se divulgó la noticia de que Hernández se había ahorcado en su celda. Un vocero de Patriots dijo que el equipo estaba al tanto del deceso, pero no comentaría al respecto. AP
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