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cultura@eluniversal.com.mx
La casa de subastas parisina Drouot puso ayer a la venta 68 piezas de arte precolombino objeto de polémica en algunos de los países latinoamericanos, como México y Ecuador, de donde son originarias y defendió la legalidad de la venta.
El responsable de la subasta, Alexandre Giquello, declaró a la agencia EFE que la procedencia de las piezas prehispánicas estaba “extremadamente documentada” y que la venta cumplía con todas las normas francesas e internacionales”.
Además, Giquello calificó de “infundadas” las protestas que en estos días han surgido en México y Ecuador respecto a la venta ilegal de estos bienes culturales.
El martes pasado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) declaró que 34 de las 61 piezas de origen mexicano que la casa iba a subastar este viernes eran falsas. Las otras 27 eran auténticas, por lo que, según informó la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del instituto, se pidió la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para que presentaran “las notas verbales ante las autoridades francesas competentes, con motivo de la venta ilegal de dichos bienes, así como a la Dirección General de Asuntos Policiales Internacionales e Interpol”, para que iniciaran las acciones legales para recuperarlas. Entre las piezas mexicanas puestas a la venta estaba una Venus de Chupícuaro, fechada entre el 400 y 100 a.C. Su precio estimado por la casa de subastas fue de 120 mil y 130 mil euros.
Las obras pertenecen a la colección privada de un millonario fallecido en Estados Unidos, cuya identidad se mantiene secreta, y la mayoría proceden de México, aunque también hay seis de Costa Rica, dos de Ecuador y una de Perú.
Esta semana el gobierno ecuatoriano solicitó a la casa de subastas que detenga una subasta que la embajadora en París, María de la Paz Donoso, calificó hoy de “tráfico ilícito”, en declaraciones a EFE. La embajadora lamentó que los esfuerzos de su país no habían dado el fruto esperado.
Las obras reclamadas por Ecuador son una cabeza humana de la cultura Milagro-Quevedo, elaborada durante el periodo de integración (500-1500 d.C.) y una placa ceremonial de la cultura Valdivia (3.200-1.500 a.C.), que, según Donoso, fueron “sacadas ilegalmente del país hace años”.
Drouot desmintió estas informaciones y aseguró que los gobiernos de Latinoamérica deberían “colaborar con las casas de subasta”, ya que poner las obras a la venta de manera legal es “el mejor remedio” contra el tráfico ilícito.
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