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El Banco de México (Banxico) alertó de la posibilidad de una nueva etapa de turbulencia en los mercados financieros si Estados Unidos no sube su tasa de referencia este año y advirtió que el desempeño favorable de la inflación puede enfrentar desafíos en los próximos años.

Por eso hizo un llamado a mantener la estabilidad macroeconómica y consideró que las reformas estructurales, como la de telecomunicaciones, deben inducir a una baja sostenida de los precios para que puedan ser un soporte importante para la inflación.

Así lo expresaron, en lo particular y en lo general, los integrantes de la junta de gobierno durante la reunión de política monetaria llevada a cabo el 29 de octubre, en la cual por unanimidad se dejó en 3% la tasa de referencia, aunque uno de ellos comentó que era mejor hacer un ajuste preventivo antes del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), pero tres advirtieron que no es conveniente porque es ineficiente y con altos costos.

Según la minuta número 39 y la última de 2015, cuatro de los cinco miembros coincidieron que ante la posibilidad de que la complejidad del entorno externo se mantenga durante un periodo prolongado es fundamental mantener un marco macroeconómico sólido en el país, para lo cual es necesario concretar los esfuerzos planteados en el ámbito fiscal, ajustar la postura de política monetaria de ser necesario e implementar oportunamente las reformas estructurales.

Uno de ellos agregó que un ajuste fiscal intertemporal además de liberar presiones a lo largo de toda la curva de rendimientos y sobre las distintas primas de riesgo puede propiciar una depreciación eficiente del tipo de cambio real.

Esgrimió que en la medida en que las reformas estructurales aumenten el crecimiento potencial de la economía se puede revertir la depreciación del tipo de cambio real hacia una apreciación de equilibrio.

Algunos de ellos destacaron la posibilidad de que se revierta la tendencia descendente que en los últimos días ha mostrado la inflación no subyacente, en particular en los precios de productos agropecuarios y energéticos.

Uno reconoció que, si bien el impacto de estos choques generalmente no tiene efectos sobre las expectativas de inflación de largo plazo, su incidencia a corto puede convertirse en un obstáculo para lograr la convergencia de las expectativas a la meta de 3%.

Riesgos. Sin la presencia de ningún funcionario de Hacienda, el análisis se centró en los temas de la volatilidad y la inflación. Se ponderó que para 2016 se estima que ambas medidas de inflación, es decir los que tienen un componente volátil y los que no, van a observar un incremento, ubicándose en niveles cercanos a 3%.

Explicaron que eso puede reflejar la reversión de algunos choques de oferta favorables que tuvieron lugar en 2015 y el impacto de la depreciación del tipo de cambio en los precios de algunos bienes.

Un integrante dijo que las variaciones mensuales anualizadas de la inflación subyacente, tanto de mercancías como de servicios se han ubicado por arriba de las variaciones anuales, por lo que, agregó, es de esperarse que una vez que se disipen los efectos base que han favorecido a la inflación se observe un repunte en las variaciones anuales de la inflación subyacente.

Cuatro de los cinco integrantes puntualizaron que si bien la reversión de los choques señalados puede tener un efecto aritmético al alza sobre la inflación, esto no representa un deterioro generalizado de la dinámica de formación de precios, por lo que no debe representar un problema inflacionario.

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