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Actualmente, Gustavo, Alfonso y Diego residen en Francia, país que ha podido satisfacer sus necesidades de emprendimiento ya sea para crear una aplicación para teléfonos móviles, desarrollar un dispositivo virtual que sustituye a los controles remotos o hacer carrera en animación digital para cine.

A diferencia de la falta de interés y apoyo enfrentado en México, los tres emprendedores encontraron soporte en instituciones francesas, así como por parte del gobierno de ese país.

Esto se debe a que Francia cuenta con políticas públicas para incentivar la innovación y el emprendimiento que incluyen financiamiento y apoyos en materia de impuestos.

Además, cuentan con incubadoras, escuelas y centros especializados que ayudan e impulsan a las startups y pequeñas empresas para que puedan arrancar como negocio y mantenerse en el mercado.

Loggap, aplicación para viajeros. Gustavo Hernández, estudiante de Ingeniería en Tecnología Computacional, originario de Veracruz, comenzó a desarrollar una aplicación en México desde 2015 y que será lanzada durante este mes en Francia, nación que apoyó su desarrollo.

La aplicación Loggap ayuda a que las personas que desean un producto que no existe en su país lo consigan gracias al apoyo de un viajero que puede transportarlo y entregarlo.

“Empezamos buscando apoyo en México, incluso tratamos de aprovechar que íbamos en una escuela que apoya el emprendimiento como el Tec de Monterrey para acercarnos a las organizaciones, y aún así es bastante difícil”, aseguró.

Se acercó a Startups México, al Inadem, al gobierno de Veracruz y “todos decían que no”.

Cuando Gustavo presentó su idea en México no fue apoyada, incluso fue rechazada por jueces del Premio Nacional Emprendedor de Canacintra y el ITESM por ser considerada riesgosa.

“Empezamos a platicar nuestra idea y a la mayoría no les gustó, porque los jueces eran mayores y pensaban que se iba a transportar droga, que habría problemas legales y les preocupaba la integridad del los viajeros”, explicó.

Finalmente, un joven juez convenció al resto y su plataforma quedó en el tercer lugar del concurso.

Sin éxito, Gustavo Hernández participó en otros concursos para obtener fondos y apoyo, hasta que se inscribió a un programa de aceleración de Startup Chile que le permitió obtener un capital semilla por 30 mil dólares y una visa de trabajo para comenzar a desarrollar su idea en ese país.

Esta oportunidad le dio visibilidad y lograron ser premiados por French Tech Ticket, un programa que apoya a emprendedores como Gustavo, a quien le otorgó 57 mil euros de capital, una visa de trabajo en Francia por cuatro años, además de clases para mejorar su aplicación.

A la fecha, Loggap tiene seis mil usuarios registrados de Chile y ha concretado 226 envíos y esperan alcanzar 10 mil entregas para finales de este año.

Hayo, control remoto virtual. Alfonso Ybañez no buscó apoyo en México pues vivía en Francia cuando comenzó a desarrollar su idea, y qué mejor plataforma que el apoyo del país europeo, que cuenta con un desarrollado ecosistema que impulsa ideas innovadoras como la del mexicano con doctorado en computer vision.

Hayo es un dispositivo de Internet de las Cosas que junto con una aplicación convierte objetos, superficies y espacios en controles remotos para los hogares conectados.

Hayo escanea los objetos y espacios para crear un set de “botones” invisibles al ojo humano pero que al tocarlos se convierten en un interruptor para encender la luz, una barra de volumen para el audio o una barrera para dar seguridad dentro del hogar.

Este control remoto virtual comenzó a pedir fondos a través de la plataforma de crowdfunding Indiegogo y para el 26 de marzo de este año había superado su meta, llegando a 120% de financiamiento, lo que significaba 97 mil 370 dólares.

“Fueron usuarios de todo el mundo, de Francia, Estados Unidos y, para nuestra sorpresa, de Suiza, Alemania, Australia y México, quienes sumaron fondos para lograr financiar el proyecto”, destacó Ybañez.

El emprendedor mexicano planea una producción de mil dispositivos para el arranque de su producto, los cuales se fabricarán en Estados Unidos. El costo final de Hayo será de 299 dólares y ya puede adquirirse en línea.

Aprendiendo a animarse. Diego Torres decidió que era el momento de especializarse en animación y layout para realizar películas de cine animado, por lo que aplicó a un programa especializado en Gobelins, escuela de la imagen ubicada en París.

En el programa fueron seleccionados sólo los mejores, entre los que hay 21 jóvenes de 17 distintas nacionalidades, y de América Latina solamente se encuentran Diego y una estudiante de Brasil. “Mandé un demo reel con todo mi trabajo y un video motivacional, y luego me hicieron la entrevista”, dijo.

El joven mexicano llegó a París en septiembre de 2016 y terminará sus estudios en septiembre de 2018.

“Me estoy preparando para varias cosas. Una es trabajar en un estudio grande como animador o artista de layout, que es poner las cámaras, y otra opción es hacer proyectos completos", comentó Torres.

Diego decidió estudiar en Gobelins por el nivel de calidad de la escuela y las oportunidades que esta ofrece ya que los egresados obtienen empleo en estudios como Disney, Pixar, Dreamworks o Ilumination.

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