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Aun cuando el trabajo infantil en México tiende a disminuir, el problema persiste y limita el desarrollo de 2 millones 536 mil niñas, niños y adolescentes que laboran en el país, debido a altos niveles de explotación a través de largas jornadas laborales y bajos salarios o incluso ningún ingreso.

Según datos del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2013, elaborado por el Inegi, cinco de cada 10 niñas, niños y adolescentes ocupados, no recibe un ingreso, es decir, un millón 165 mil infantes no perciben ningún tipo de salario por su trabajo.

Seguidos de este grupo de niños trabajadores se encuentran 719 mil infantes que reciben un salario mínimo o menos por sus labores (hasta 2 mil 200 pesos mensuales). Sólo 31 mil menores obtienen ingresos superiores a tres salarios mínimos (6 mil 600 pesos mensuales).

Largas horas de trabajo. En México, la jornada de trabajo de los menores de 16 años no puede exceder de seis horas diarias; sin embargo, 29.3% de la población de entre cinco y 17 años ocupada trabaja 35 y más horas a la semana, es decir, unos 742 mil infantes y adolescentes.

Los motivos que llevan a niños y adolescentes a trabajar pueden ser de distinta naturaleza: 23.3% del total de la población de cinco a 17 años ocupada labora para pagar su escuela y sus propios gastos; 22.5% porque el hogar necesita de su trabajo, y 22.4% por gusto o sólo por ayudar.

En lo que respecta a la persona para quien trabajan, seis de cada 10 lo hacen para un familiar.Garantizar la asistencia escolar de los niños es un derecho fundamental y es un factor que contribuye a prevenir y erradicar el trabajo infantil; la tasa de inasistencia escolar total de las niñas, niños y adolescentes de cinco a 17 años es de 7.2%. Sin embargo, por condición de ocupación, 36% de los ocupados no asisten a la escuela, frente a 4.5 por cada 100, en el caso de aquellos que no trabajan.

La Organización Internacional de Trabajo (OIT) señala que el trabajo infantil está presente en muchas ocupaciones, especialmente en las economías rural e informal, y en ámbitos desprovistos de seguridad y normatividad del mercado laboral, en los que sindicatos y organizaciones de empleadores suelen ser débiles o inexistentes, y en ámbitos en que la supervisión laboral no está presente.

El trabajo infantil en las cadenas de producción existe en talleres pequeños o en los hogares, lo cual dificulta su identificación y erradicación.

El principal sector de actividad en el que está inmersa la población de cinco a 17 años que trabaja en México es el agropecuario (30.5%), seguido del comercio y servicios (25.9 y 24.6%). Por sexo, el sector en el que más se ocupan los hombres es el agropecuario (39.6%), en tanto que las mujeres se ocupan más en el comercio (38.6%).

Según los grupos de ocupación, hombres y mujeres de cinco a 17 años ocupados, participan en actividades elementales y de apoyo: 62.5 de cada 100 niños y 40.8 de cada 100 niñas. Sin embargo, otro importante grupo de ocupación de las niñas se centra en actividades comerciales, pues una de cada tres menores y adolescentes de cinco a 17 años (33.3%) se ocupan como comerciantes, empleadas en ventas y agentes de ventas.

Del total de niñas, niños y adolescentes ocupados, 49.1% estudia y realiza quehaceres domésticos; 14.9% combina el trabajo con los estudios; 24.3% mezcla el trabajo únicamente con quehaceres domésticos, y 11.7% sólo trabaja.

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