Teocaltiche.— Habitantes del municipio de Teocaltiche, ubicado en el vértice de Jalisco, Zacatecas y Aguascalientes, piden paz para su pueblo y sus familias tras los ataques del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Daleyni Jakeline Colmenero Lozano, de tan sólo tres años, fue una de las tres víctimas de homicidio por el más reciente embate criminal, que ocurrió hace una semana en Teocaltiche, Jalisco.

Junto a Daleyni Jakeline también fueron asesinados a balazos su abuelo materno, así como un joven de 21 años. La abuela de la menor está grave.

Daleyni era una niña muy querida en su pueblo; le gustaba bailar, era muy divertida y siempre sonreía, cuenta Maribel, su abuela paterna.

La señora relata que el ataque ocurrió el pasado 8 de octubre, cuando Daleyni y sus abuelitos maternos regresaban de una comida y caminaban por las calles del barrio Nejayote, hacia su casa.

Sujetos en un vehículo en circulación sacaron sus armas por la ventana y dispararon contra los transeúntes y automovilistas en el lugar.

Autoridades locales explican que, debido a las múltiples lesiones, la pequeña murió de inmediato.

Un joven de 21 años, que caminaba por el lugar, también perdió la vida. Los abuelos maternos de Daleyni resultaron lesionados y fueron llevados a un hospital. Él murió cuando recibía atención médica, ella todavía está hospitalizada.

Testigos refirieron a EL UNIVERSAL que los criminales lanzaban burlas mientras huían y presumían ser de “las cuatro letras” y “gente del señor Mencho”.

“¿Por qué nos la quitaron? Era una inocentita. No debieron haberle hecho eso a ella. Son unos cobardes, hicieron eso frente a los [policías] estatales”, recrimina Maribel.

Entre llanto, Maribel recuerda a su nieta: “Era muy cariñosa, muy juguetona. Era muy querida por toda la gente. Le gustaba mucho bailar”.

También platica que a su corta edad, uno de los sueños de Daleyni Jakeline era conocer al cantante Peso Pluma, quien ha sido objeto de amenazas por parte de grupos del crimen organizado.

En luto permanente

Maribel pide justicia para Daleyni y “también por todas las víctimas que han sido muchas, muchas. Ya estamos cansados de eso. Está muy triste mi Teocaltiche”.

La señora platicó con EL UNIVERSAL el fin de semana pasado, mientras esperaba a que iniciara una marcha por la paz.

A la plaza principal llegaron contadas personas vestidas de negro. La protesta fue inhibida por la presencia de al menos una veintena de camionetas repletas de policías estatales, lo que generó miedo entre los habitantes porque ven a “los negros”, como llaman a los agentes, como la puerta de entrada de los grupos criminales a Teocaltiche, además de que los acusan de abusos.

Mientras la mujer platica lo que se vive en Teocaltiche, un vendedor ambulante se acerca y muestra un par de grabaciones en las que se ve a policías estatales que ingresan por las bardas y patios a casas habitación, sin una orden judicial.

Mario, otro vecino del pueblo, recrimina que ahora en Teocaltiche se tienen que cuidar de los criminales y de sus escoltas policiales.

“Aquí todo el pueblo está triste, porque es gente inocente a la que están asesinando. Lo hacen enfrente de sus caras y los [policías] estatales no hacen nada. Simplemente voltean la cara hacia otro lado y no dicen nada”, reprocha el joven.

“Lo que pedimos es paz aquí en nuestro Teocaltiche, la verdad. Hay mucha muerte desaparecida. Teocaltiche es una tierra muy linda, muy bonita, no queremos más asesinatos, no queremos más muerte”.

Teocaltiche se ha declarado en luto permanente. Del pasado 17 de mayo a la fecha se han registrado al menos cinco hechos violentos, el más reciente, el que costó la vida a Daleyni. El lugar del crimen fue convertido en un improvisado memorial para recordar a la menor.

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