No es que reniegue de las frivolidades, el actor y fundador del Círculo Teatral gusta de ver comedias, series y acudir a eventos musicales, lo que sucede es que es de esas personas conscientes de que el tiempo de vida es finito.

“Uno debería saber la importancia de cuidar su tiempo, porque es lo más valioso que tenemos. A mí no me gusta pasar más de 10 minutos en Facebook. Lo uso para informarme, pero esa red social me aburre y quita mucho tiempo”, cuenta.

El actor ofrece una entrevista a EL UNIVERSAL en su Centro Cultural y Foro fundado hace casi dos décadas junto con Víctor Carpinteiro, un lugar que ha resistido a los cambios tecnológicos, los fenómenos naturales (se vino abajo en el terremoto de 2017) y aún a una pandemia casi apocalíptica.

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Lo ha mantenido su convicción de que el arte es una de las disciplinas más importantes del mundo, de ahí su tozudez y promoción para con los jóvenes: “Si se pierde el apoyo a los jóvenes creadores y grupos a nivel nacional de teatro, cine, danza, música y escultura, pienso que nos vamos a perder como sociedad, y no estoy exagerando, porque el arte da identidad”, afirma.

El actor es  fundador del Círculo Teatral.
Foto: EL UNIVERSAL / Carlos Mejía
El actor es fundador del Círculo Teatral. Foto: EL UNIVERSAL / Carlos Mejía

Abriste un espacio de teatro donde eres actor, productor y socio. ¿Cómo has logrado mantener este lugar?

Creo que necesitábamos un pulmón dentro de una sociedad en la que estamos tan ocupados con nuestro trabajo y actividades, siendo empujados por un sistema que nos deja menos tiempo por obtener más cuestiones económicas o materiales. Y nos olvidamos de la otra parte que es fundamental, y sí lo digo claramente: espiritual.

El Círculo Teatral lleva 19 años activo, y me enorgullece decir que han pasado por este espacio grandes creativos como escenógrafos, directores, dramaturgos, actores, diseñadores de vestuario y técnicos de los más importantes de México, como María Rojo, el maestro Ignacio López Tarso, Héctor Bonilla, entre muchos más.

¿Cómo nació en ti ese espíritu por promover la cultura en el país?

Cuando estudié en segundo de primaria, había una actividad que para mí fue fundamental y que me estructuró en esa parte en la que deseaba aportar a los demás, compartir. Desde ahí me di cuenta de mi vocación obviamente tenía que ver con la lectura, los juegos y compartir con los demás. A los nueve años, ya escribía y pensaba creativamente. A los 14 años, le dije directamente a mi padre: 'quiero ser actor'. Lo primero que hizo fue conseguirme un grupo de teatro de aficionados, y fue una revelación maravillosa. Entré en un paraíso donde estaban las bailarinas de danza clásica, otro de danza folclórica, una banda de guerra, clases de violín, de guitarra, solfeo, canto. Ahí encontré mi formación porque vi aquello como el paraíso, diciendo: 'este es mi mundo, esto es lo que quiero para el resto de mi vida'.

¿Consideras que ha habido apoyo a la cultura en este sexenio?

Lo digo abiertamente, en este gobierno ha habido una falta total de apoyo, y es muy triste que no se den cuenta de la necesidad de apoyar a la cultura. Apoyar a la cultura no es solo mostrar bailes folclóricos o artesanías en un parque, eso también forma parte de la cultura y es importante que existan, pero no es lo único. Se han olvidado del teatro, la música, la danza, los grupos corales y teatrales. Se han olvidado de la estructura, y eso es muy difícil porque demuestra que no están entendiendo la importancia del hecho creativo para el desarrollo del ser humano.

¿Parece que desayunas, comes y cenas arte?

Eso es lo que constituye mi vida. Hace muchos años escuché a Alicia Alonso decir que ella bailaba todo el día, danzaba desde que se despertaba, en la forma de levantarse de la cama, de ir a la cocina, de preparar el desayuno. Ella danzaba. Me pareció algo maravilloso porque practicaba con la vida diaria lo que más placer le daba. Yo les digo a mis alumnos: cómo pretenden ser actores si no van al teatro, si no leen, si no van al cine, si no están al tanto de lo que ocurre, si no van a un café y escuchan las conversaciones de los demás para ver cómo piensan, si no van a un parque y observan cómo se mueve la gente, si no practican, si no aprenden un monólogo, si no analizan una poesía, si no conocen al maestro Carballido, a Héctor Mendoza, a los grandes poetas, a Sabines, si no saben sobre pintores, escultores, músicos.

Es difícil ser joven y actor hoy en día…Es una gran fortuna que ahora tengan acceso inmediato a cualquier tipo de información, pero también puede perjudicar mucho porque quieren reducir en un minuto la información que lleva mucho tiempo procesar para un ser humano.

No puedes aprender en un minuto cómo hacer una obra de teatro. Desafortunadamente, ya hay algunos, no sé cómo llamarlos, que dan consejos de cómo hacer una obra de teatro en un minuto o en tres minutos.

En la mayoría de las escuelas, ya no hay actividades artísticas. Antes, las actividades artísticas incluían danza, música, tocar la flauta o cualquier cosa que se acercara al arte. Ahora, las escuelas técnicas no tienen nada relacionado con el arte, porque creen que es una pérdida de tiempo. En su lugar, han incluido materias que ellos consideran prácticas para que los estudiantes puedan conseguir empleo. ¿De qué le sirve a la gente tener elementos solo para trabajar si están vacíos internamente?

El actor Alberto Estrella es  fundador del Círculo Teatral.
Foto: EL UNIVERSAL / Carlos Mejía
El actor Alberto Estrella es fundador del Círculo Teatral. Foto: EL UNIVERSAL / Carlos Mejía

Las redes sociales ejercen presión…

Sí, mucha presión. Total y absolutamente. Un alumno me comentó recientemente que le preguntaron cuántos seguidores tenía para darle un papel. ¿Cómo pueden preguntar algo así? Muchos trabajos ahora están pidiendo este tipo de cosas. Además, se está confundiendo mucho la inmediatez de las cosas. Ahora, los influencers y personas sin ninguna preparación están siendo considerados para actuar. No son actores, son personas que actúan, ya que no tienen idea.¿A qué proyectos les dices que no, que no te interesan?Le he dicho que no a muchísimas cosas, muchísimas. Es un privilegio poder elegir lo que quiero hacer y lo que no, y no hacerlo solo porque no tengo otra opción, porque no tengo otro trabajo o porque me estoy muriendo de hambre. Afortunadamente, no es así. Soy muy selectivo y he rechazado muchos proyectos.

¿En algún momento te interesó Hollywood?

Nunca me interesó. Algunos amigos me dijeron que tenía una mentalidad mediocre cuando me ofrecieron ir a Hollywood, y estoy hablando de hace 35, 40 años, antes de que se fueran los que están ahora, como Iñárritu. Me dijeron que me quedara aquí, que me prepararían, pero no quise. No me gustó el ambiente de Los Ángeles, no creí en el tipo de cine que se estaba haciendo en ese momento. No había teatro para hacer. Recuerdo que en México puedo ser útil, y no me arrepiento en absoluto, porque lo que me esperaba allá y lo que tenía posibilidad inmediata era interpretar personajes de mesero, latino, brasero, ratero, narcotraficante. No me interesa eso. Hay otro trasfondo que es más importante. No tendría este espacio.

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¿Cómo has logrado mantener tu vida personal en privado?

Es personal, es privada, y simplemente digo que es privado. No lo comparto con los medios, punto. Nunca me ha interesado presumir o decir cosas. No quiero que entren en mi casa, porque esto es mío. Es lo más saludable también, mantener esa privacidad porque es mía, así de fácil, y a nadie más le importa.

¿Es cierto que te pidieron operarte el rostro?

Sí, es verdad. Fue cuando comenzaba en mi carrera, justo después de la telenovela "Amor en silencio", que tuvo mucho éxito. Hablo de 1988-1989. En ese momento, hubo una reunión de personas que ubicaban a los actores en cierto medio para lograr ser estrellas, pero de una manera muy particular. A mí me dijeron que lo que faltaba era una nariz diferente, un mentón más prominente y que posiblemente tendrían que abrirme los ojos. Les dije: busquen a otra persona, no me están buscando a mí. Siempre he defendido la actuación, el talento y la preparación. Un actor debe ser capaz de transformarse en un personaje, no de dar una imagen basada en su edad o en la forma de su nariz o en cuántas mejillas se le notan, cuánto colágeno se le ve.

¿Crees que actualmente en la televisión o el cine prima más el talento o la belleza?

Lo que sucede es que hablamos de otro tipo de belleza en el escenario. La gente quiere ver un tipo de belleza interna y también quiere lo estético, algo que le cause una sensación donde la belleza está presente. La belleza no significa tener un rostro perfecto o un cuerpo determinado. Puede haber una mujer con un cuerpo perfecto, hermosa, sensacional, pero que no proyecte absolutamente nada en el escenario. Por otro lado, puede haber una actriz con una luz interna, que se sienta hermosa de una manera distinta. En el escenario, la belleza nos lleva a entenderla de otra manera. Creo que debería primar el trabajo y el deseo de entregarse al personaje y a la ficción, en lugar de preocuparse solo por verse bien.

¿Siendo un ser tan apasionado, como te desestresas al llegar a casa?

Me gusta hacer ejercicio, correr. A veces desaparezco y voy a pueblear, esa es mi forma, me gusta bailar. Voy al Antillanos o al Mamma Rumba. Esa es mi debilidad: estar bailando salsa hasta altas horas de la madrugada. Vivo la vida.

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