Berlín amplía su oferta cultural con la apertura el sábado de un nuevo museo en el que su fundador, el historiador de arte experto en Asia, Désiré Feuerle, abre al público su colección privada en un marco muy singular, un antiguo búnker de telecomunicaciones de tiempos de la .

The Feuerle Collection presenta arte antiguo del sudeste asiático y piezas de mobiliario imperial chino, que se yuxtaponen con los trabajos de artistas contemporáneos como Cristina Iglesias, y Zeng Fenzhi, entre otros.

"Es mi colección, lo que he creado aquí es mi visión personal (del arte). Pensé que era muy importante hacer algo diferente", explicó Feuerle en entrevista.

El recorrido comienza en "The Sound Room", un espacio completamente a oscuras en la que el visitante es invitado a escuchar durante tres minutos y veinte segundos los tonos minimalistas y los silencios creados por John Cage, para adentrarse "en un mundo completamente diferente".

"Para mí realmente es muy importante que la gente viva una experiencia, entre en otro mundo", subrayó el coleccionista.

Los 6 mil 480 metros cuadrados de museo incluyen, además de dos salas de exposiciones y "The Sound Room", un espacio en la planta baja -"The Lake Room"- que alberga en unos 2 mil 400 metros cuadrados un lago, parte de la exposición que suministra además energía sostenible para la calefacción.

El año que viene está previsto que abra también "The Incense Room", un espacio "muy minimalista" para recrear la ceremonia del incienso, una disciplina espiritual tradicional de China para observar cuerpo y mente.

Feuerle reconoció que "no fue fácil" reconvertir un búnker de telecomunicaciones en un museo, responsabilidad que recayó en el arquitecto británico John Pawson.

"Tiene el ambiente perfecto", aseguró el coleccionista, quien explicó que el control de la temperatura fue uno de los importantes problemas que tuvieron que resolver.

El edificio es bello, según el coleccionista, y "una escultura en sí misma en la que adentrarse", formando lo que denomina "Gesamtwerk", una obra integral.

Haber instalado las esculturas con mucho espacio y aire alrededor permite "sentir" las piezas, que no vienen explicadas en carteles como ocurre habitualmente en el concepto clásico de museo, precisó el coleccionista.

Durante las visitas guiadas, en grupos de un máximo de 14 personas, los visitantes podrán sentir las esculturas y, si quieren más información, consultar a los guías.

Feuerle soñaba ya hace 30 años con un monasterio, "un lugar bonito para ver" y con "ese minimalismo sano para el arte".

"Esto es un monasterio muy diferente", afirmó el coleccionista sobre el búnker reconvertido en museo, situado en el barrio multicultural de Kreuzberg.

Ya abrió sus puertas durante una semana a finales de abril con su colección y en verano, fue uno de los escenarios de la IX Biennale de Berlín de Arte Contemporáneo.

"Estoy muy contento de abrir este museo en Berlín, mi colección privada, que quiero compartir con la ciudad y con todo el mundo", resumió Feuerle, que quiere invitar al espectador a adentrarse en su particular visión del arte.

nrv

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