En el mismo movimiento con el que se deslizó para adueñarse de una medalla panamericana en los , el patinador mexicano Jorge Luis Martínez también dio el primer paso para lo que popularmente se conoce como “salir del clóset”.

A un año de ondear la bandera arcoíris, Jorge, como otros atletas en diversas partes del mundo, se han encargado de recordarnos que la homosexualidad en los deportes es imposible de ignorar por una nueva generación que empuja por volver la industria más incluyente.

“Después de Lima recibí infinidad de mensajes. Sin duda me marcó, porque muchas personas se han acercado para contarme sus historias. Se me acercan muchos deportistas de categorías juveniles para que les dé consejos sobre el proceso para dar a conocer su orientación sexual. Hablo con ellos y les digo que no es necesario que se apresuren a salir del clóset, deben sentirse con toda la seguridad”

, cuenta Martínez , medallista mundial y panamericano en patinaje de velocidad sobre ruedas.

A lo largo de la historia, los deportistas de alto calibre han tenido que reprimir su orientación sexual, e incluso por años el nombre de sus parejas, al sentir que tienen mucho más que perder que ganar.

“En estos momentos el deporte mexicano no está listo para aceptar atletas gay, pero se tiene que ir adaptando. Eso es parte de las cosas que quiero lograr: visibilizarnos y normalizarnos entre el resto de los deportistas”,

contó Martínez.

En el verano del año pasado, la Liga Mexicana de Beisbol celebró su primera noche del orgullo LGBT , convirtiéndose en la primera promotora deportiva del país en impulsar y proteger a la comunidad gay.

Con la pandemia del coronavirus impidiendo hasta el momento los juegos de beisbol o futbol, ninguna organización emprendió una campaña en redes sociales para festejar la diversidad.

“Este tipo de escaparates se necesitan para hacer todo visible, para entonces llegar a una normalidad, pero el deporte mexicano en general va algunos pasos atrás”. Sin las plataformas necesarias, el patinador de velocidad considera que más deportistas permanecerán “en el clóset” durante toda su carrera, pues encuentran una mayor homofobia dentro del deporte que en el resto de la sociedad.

La cultura deportiva a menudo refuerza los estereotipos de género. Los hombres homosexuales o bisexuales a menudo evitan el tema debido al temor a perder su vínculo con compañeros de equipo, mientras que la presión frente a las mujeres se basa en el estigma de ser visto como un equipo de lesbianas.

Aun y con el pensamiento progresista que han adoptado en diversas Ligas, los atletas abiertamente gay siguen siendo muy pocos; sin embargo, desde hace un año, Jorge Luis Martínez decidió salir de ese grupo, cansado de ocultar sus sentimientos. ariel.velazquez@eluniversal.com.mx

 

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