Andrés Lillini

estaba más que feliz, “esta felicidad me supera”, dijo al término del juego donde los consiguieron su pase a la final del Guardianes 2020 al golear a Cruz Azul 4-0.

“Yo dije que iba a jugar la final, antes de empezar y me veía”, profetizó, “después del 4-0 de visita todo se volvió más complicado. Pasaron días, y traté de elegir a lo mejores en la parte físico y estratégica, creo que acerté en jugar con un solo delantero, con Carlos (González ) flotando como lo hacía en Necaxa, y dos internos. El golpear apenas al inició del juego nos hizo confiar mucho más en el juego”.

La estrategia radicó en ser “valientes, desde la primera fecha así lo mostramos. Este club permite la pertenencia, hay que ir al frente, el club es grande, tiene historia, pero hoy se festeja y mañana a pensar en una final complicada”.

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Cuando terminó el juego, a cada uno de sus futbolistas les dio un abrazo y les dijo: “Gracias”… “A cada uno que abracé les dije gracias porque no fue fácil remontar un 4-0 con 60 horas entre un juego y otro, lo han hecho y sinceramente confían mucho en lo que se le dice; confío muchos en ellos, les dije no me abandonen y no me abandonaron”.

Lo que sí pidió fue más respeto para sus jugadores, por lo que se dijo después del juego de ida:

Quisiera un poco más de respeto, a mí me pueden castigar, pero aquellos que se anticiparon, pusieron ‘Final azul’, aquellos que decían que ‘Falta un finalista’, me gustaría que tengan un poco más de respeto por el futbolista de Pumas. El jugador de Pumas es de una raza diferente y todo puede suceder. Trabajamos para los que quieren que nos vaya bien. De acuerdo, esto sería difícil, y los aficionados que dijeron que no éramos nada, que tengan paciencia y que confíen en este plantel, estos chicos son jóvenes, hicimos modificaciones, tuvimos tres lesionados, pero siempre vamos al frente y podemos ganar y perder, pero nunca nos den por vencidos ”.

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