









Debilidad y complacencia del mandatario morenista permitió que los cárteles de la droga se asentaran y disputaran el territorio chiapaneco, llevando al estado a niveles de ingobernabilidad nunca antes vistos en el sureste.

Fue el general Audomaro Martínez Zapata, cuando estaba al frente del Centro Nacional de Inteligencia, quien avaló el nombramiento



