
Nos lanzamos yo al volante, Salvador y el corpulento guarura a Cuernavaca al rescate de don Salvador Elizondo Pani

Nos lanzamos yo al volante, Salvador y el corpulento guarura a Cuernavaca al rescate de don Salvador Elizondo Pani

Poco a poco fui conociendo a mi suegro que era muy afable conmigo. Luego, cuando se enteró que me dedicaba a la fotografía, me vendió a plazos, muy moderados, su cámara Hasselblad

Su padre lo apoya en todo. El joven se inscribe en la escuela de pintura al aire libre “La Esmeralda” al mismo tiempo que toma clases particulares de pintura

Familiares, admiradores y la comunidad cultural y artística recordaron sus muchos legados

La fotógrafa recordó al compositor que fue su primo, hermano y amigo; dijo que sabe que habrá un homenaje en Bellas Artes

Elizondo regresa a México e intenta, mientras decide que carrera va a estudiar, trabajar con su papá en la producción de películas

Escritores y críticos analizan la trascendencia de la publicación, que con 58 números contribuyó a la apertura en México de la cultura y la libertad de expresión con plumas que lo mismo escribían de arte que de política, feminismo y aborto

Hasta el penúltimo día de su vida, todos los días bajaba al jardín por las mañanas a escribir, impecablemente peinado y rasurado

Solo, lejos de su familia, sometido a un régimen militar, sin entender el inglés, en un ambiente completamente desconocido, el niño aguanta...

El futuro escritor Salvador Elizondo se metía a los foros, entraba a los camerinos de Gloria Marín o Arturo de Córdova