¿Sabe usted dónde está una de las varias calles Manuel Bartlett que hay en México? En el centro de Macuspana. Es imposible ser más victorioso y más originario
En teoría, El Supremo se levanta a las 4 de la mañana y hace una hora de ejercicio porque “es bueno para la salú”. Luego lee periódicos conservadores y se enoja mucho
A fe mía que nunca antes en nuestra historia ha habido un compatriota tan empeñado en que lo miren y admiren: su mero rostro, le parece, es ya una lección de ética
Esta clase de ficción se llama copretérito lúdico, ese “que yo era” que pactan los niños cuando en su juego dicen “que yo era Supermán”
Al menos hace un siglo, en México la palabra patria era un concepto noble, una idea aglutinadora, un símbolo y al mismo tiempo un lugar digno, con todos sus asegunes
Es un poema tan famoso como enigmático: un hombre singularmente complicado traza una cartografía íntima de “su” patria, una historiografía privada y una materia simbólica secreta
Quizá lo más fácil sería expropiar el rancho, nacionalizar la Cheyenne y mandar al pinche niño a una granja de reorientación
El regreso del axolote
No es azaroso que esa criatura en crónico estado de “regeneración” haya regresado en el nombre del amorfo partido-movimiento que creo López Obrador para lanzar sus ambiciones
Cada spot es un recordatorio de que pagamos para que nos peguen. ¡20 millones de spots retacados de caninos lustrosos, cachetes solidarios, ojos llenos de esperanza, papadas populares y halitosis constitucional



