Cuántas veces  hemos leído o escuchado que la vida no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Y sí es cierto,   las cosas no siempre se darán en nuestro beneficio ni las personas harán lo que dictamos o pensamos que puede ser lo mejor. Simplemente vivimos los días bajo un supuesto de lo que podrían ser pero al final algunas veces resultan distintos a lo que habíamos planeado.

Saber que no tenemos control de nada puede dar miedo, pero creo que da más miedo aferrarse a una idea y que la vida nos recuerde constantemente que es mejor ser flexible. Estar en el punto de no querer soltar independientemente de que resulte peor. Nos aferramos a algo,  aunque ese algo ya no sea nada, viviendo en lo que un día fue. Pensamos que es menos doloroso mantener esa idea de que todavía es porque da mucho miedo dejar ir. Pero es peor, aferrarse duele más que soltarse.  Somos contradictorixs.

A mí me parece que ya hay suficiente sufrimiento en el mundo como para agregarle el mío  aferrándome a que las cosas sean como yo pienso que son mejor. Con todo esto entiendo que sería mucho mejor  reemplazar el “por qué me está pasando esto” a “qué me quiere decir esta situación”. He descubierto que  pensar así es muy liberador, le quita un gran peso y me ayuda a darme cuenta de que las cosas pasan independientemente de mi misma. Yo puedo jugar un papel en provocar ciertas  situaciones pero hay un sinfín de factores más que influyen a que se den o no.

Tomarse la vida de manera personal es un error y provoca más dolores de cabeza que cualquier cosa, si pensamos que en todo hay aprendizaje, le quitamos tensión a lo que nos es desagradable o nos duele y ayuda a cambiar la mente hacia lo positivo.

Twitter @reginakuri

Google News

Noticias según tus intereses