A una semana del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), cabe destacar el impulso económico y social que las industrias creativas generan a nivel local. Impacto que además genera derramas en otros sectores productivos del país.

El cine es una de las industrias culturales y creativas con mayor desarrollo en México, alcanzando un rápido posicionamiento internacional. Esto ha permitido dar a conocer la identidad y la cultural del país, pero además ha visibilizado problemáticas sociales que afectan a América Latina y el Caribe. Uno de los ejemplos más recientes fue la película Roma, que abrió el debate sobre necesidad de establecer leyes que aseguren un sistema de protección social para los y las empleadas domésticas en México.

Sin embargo, el impacto del cine no es sólo a nivel social, sino económico, y cada vez mayor. En México, el sector cultura —donde se encuentra catalogado el cine— representó 3.2% del PIB, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Particularmente, el cine es una de las industrias que demuestran el mayor crecimiento. Entre 2015 y 2016, el PIB de la industria cinematográfica creció 15%, mientras que el PIB total del país creció sólo 2.2%.

Sumado a esto, están las derramas económicas que genera la industria. Se calcula que cerca de 38% del gasto de producción de una película genera ingresos en otros sectores, ya que implica invertir en técnicos, vestuario, música, diseño, además de hoteles y transporte y más.

El auge del cine en el país ha impulsado a que cada día se conozca más y se celebre el talento mexicano en esta industria. Por esta razón, en los últimos años las premiaciones mundiales más importantes han tenido entre sus galardonados a directores como Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, además de la primera nominación al Oscar a una actriz indígena, Yalitza Aparicio.

Pero el impacto de las películas no termina ahí, ya que la realización de festivales como el de Morelia, suman beneficios adicionales. Así, en América Latina y el Caribe existen múltiples certámenes que han logrado posicionarse en la agenda y crecer dentro del circuito de festivales mundiales. Entre los principales de la región destacan: el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), en Colombia; el Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC), en Chile, y el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en Cuba, por mencionar algunos. Mientras que en México tenemos el Festival Internacional de Cine de la UNAM, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y, por supuesto, el Festival Ambulante, entre otros. Morelia genera derramas económicas cercanas a los 260 millones de pesos, según datos de la Sectur de Michoacán para 2018.

Con todos estos datos podemos ver que la industria creativa en México muestra una tendencia de crecimiento, generando nuevos empleos y un nuevo tipo de trabajador. Para medir este impacto, visibilizarlo y potenciarlo, el Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto con el Centro de Cultura Digital, el British Council y la Fundación NESTA de Reino Unido, la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco y Parametría desarrollaron el Mapa Transmedia.

En México existen 91 mil 388 establecimientos creativos, donde el sector cine, radio y televisión ocupan el quinto lugar con un número mayor a los 3 mil establecimientos, donde laboran poco más de 70 mil personas, según el Inegi.

Por eso, debemos de considerar que, cuando en algún pueblo o ciudad, se lleva a cabo un festival es mucho más que un evento cultural, es un escaparate promocional que permite posicionar la identidad de un lugar, fomentar el turismo, estimular la economía y activar a otras industrias de servicios dentro del país. Esto es lo que conversaremos el día 23 de octubre en el panel festivales de cine y su impacto en el desarrollo regional durante el Festival de Morelia.

Representante del Banco Interamericano de Desarrollo en México

Representante del Banco Interamericano de Desarrollo en México

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