Enfrentar acusaciones por delitos federales y estatales, entre ellos falsedad de declaraciones y de documentos, conspiración para obstruir la justicia, retención de documentos clasificados, y falsificación de registros comerciales, parece no ser suficiente para impedir que Donald Trump se pueda convertir en el candidato republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos e incluso que pueda ganarle la contienda a un muy debilitado Joe Biden en noviembre próximo.

Desde hace algunas semanas se debate con creciente preocupación la potencial reelección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos. Desde los debates en Davos durante el Foro Económico Mundial hace unas semanas, hasta los pasillos del Capitolio en Washington D.C., la conversación en torno a las elecciones de noviembre próximo en Estados Unidos conducen, inevitablemente, a evaluar el regreso de Trump a la Casa Blanca.

Por supuesto esto levanta una serie de temores frente a lo que podría ser una segunda administración del primer candidato perdedor que logró crear serias dudas entre los electores sobre la legitimidad del resultado electoral del 2020.

Y hay preocupación en todos los sectores, sin embargo, hay algunas áreas que serán, sin duda, más afectadas que las otras en caso de que llegue una nueva administración trampista al poder. Entre estas últimas están, por un lado el manejo de los conflictos globales, particularmente las guerras en Ucrania y Gaza, y por el otro el tema migratorio.

En lo que concierne a México, el tema migratorio es uno que será -o más bien, ya es- uno de los temas electorales clave para Donald Trump. Al igual que lo hizo en 2016, Trump buscará posicionarse con una narrativa basada el desbordamiento de la frontera con México y la crisis migratoria que enfrentan diversas ciudades de Estados Unidos desde hace ya tiempo. Éste es uno de los talones de Aquiles de la administración Biden que ha enfrentado imágenes en medios que muestran una frontera que parece cada vez más porosa y que ha sido ampliamente criticado por los republicanos.

Por ello, parece curiosa la oposición republicana a la propuesta de ley migratoria de Biden, que aborda propuestas de su propia narrativa como dar mayores recursos para lograr un mayor control fronterizo, el aumento en el número de agentes, el endurecimiento de los requisitos para solicitar asilo y la continuación de proyectos como el muro fronterizo.

Una agenda que guiñaba el ojo a los legisladores republicanos para aprobarla y que sin embargo ha quedado fuera. ¿La razón? Mantener la discusión sobre el tema migratorio en el ámbito electoral para beneficiar a Trump. Una posición absurda pero enfocada a beneficiar al que ya en la práctica consideran su candidato presidencial y próximo presidente.

Y no es para menos. A pesar de los juicios en su contra e incluso de que hace un par de días un tribunal federal de apelaciones le negara la inmunidad en el caso por interferencia electoral, lo cual lo acerca más a la posibilidad de ir a prisión.

¿Qué significa esto? Que la polarización en Estados Unidos está más viva que nunca. Para los leales a Trump, todas las acusaciones en su contra se deben a un ataque orquestado desde el Estado en su contra. Trump, en su visión, sería la víctima de un sistema legal corrupto que sirve a los intereses de los demócratas para evitar que llegue a la Casa Blanca. Una narrativa que pone a Trump como el héroe-víctima, narrativa tan gustada por los populistas en todo el mundo.

¿Ganará Trump? De acuerdo con las encuestas más recientes, si las elecciones fueran hoy Trump ganaría. Aún faltan varios meses, pero por lo pronto el panorama parece muy poco alentador.

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