La pandemia, ha transformado a la sociedad en su conjunto, con repercusiones en la salud mental y el bienestar de las personas. Su impacto en el cuidado de la salud y el desarrollo económico son dos aspectos fundamentales que requieren una atención especial. El regreso a clases obliga a reflexionar sobre las medidas sanitarias que se requieren para romper las cadenas de transmisión y así prevenir los contagios entre estudiantes, docentes, personal administrativo y padres de familia principalmente.

Una de las medidas sanitarias que ha demostrado tener éxito es la realización de pruebas de antígeno de segunda generación (a partir de muestras de saliva) de manera aleatoria o sistemática en escuelas y universidades. Si bien, dichas pruebas no son perfectas en cuanto a sensibilidad y especificidad se refiere, constituyen una opción viable por los beneficios que conllevan.

A partir de abril de 2021 se lanzaron al mercado las pruebas de antígeno de segunda generación a partir de una muestra de saliva, que tienen las siguientes características: 1. Incremento de sensibilidad, particularmente si se llevan a cabo entre el día 4 y 5 posteriores al contacto con una persona infectada; 2. Optimización de especificidad ya que utilizan anticuerpos monoclonales elaborados en base a un segmento (RBD) de la subunidad 1 de la proteína S del SARS CoV2, esto se refleja en una reacción química más estable y duradera en una película de nitrocelulosa; 3. Costo hasta de un 60% por debajo de las pruebas de antígeno actuales y 4. Fácil aplicación, no se necesita de instalaciones o personal especializado, pudiéndose usar de una forma sencilla y rápida eliminando el daño que pudiera ocasionar el uso de hisopos en las fosas nasales.

Es importante señalar como una estrategia complementaria, que los casos reportados como positivos con las pruebas de antígeno (segunda generación) deberán de corroborarse con el estándar de oro que es la prueba de PCR a partir de hisopado nasal o faríngeo. Esta estrategia preventiva se ha implementado en diversos países de Europa, Asia y Norteamérica con excelentes resultados. En México, hasta el mes de septiembre de 2021 únicamente se cuenta con una prueba de antígeno de segunda generación disponible por lo que resultaría deseable que se validen otras y facilitar su acceso a población abierta.

Además, el uso de las pruebas de antígeno a partir de saliva permite que los individuos desempeñen un rol proactivo en el cuidado de su salud. Así también, existen diversas pruebas de antígeno similares para la autodetección de enfermedades infecciosas como hepatitis viral, influenza, infección por VIH-SIDA, cuyo uso es deseable en poblaciones mexicanas. Este tipo de actividades, contribuyen a posicionar al individuo como el centro de la atención médica, siendo el principal responsable del cuidado de su salud, en donde el médico y el sistema de salud lo acompañen. Dirigirnos hacia un nuevo modelo de salud, que está siendo exitoso en los países industrializados.

Integrante del Consorcio de Científicos Innovadores haciendo frente a Covid-19.

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