Con cerca de millón y medio de casos confirmados de Covid-19, Estados Unidos se ha convertido en el epicentro de la pandemia mundial. La fuerte interdependencia entre nuestros países, estrechamente conectados por cadenas de valor regionales y el hecho de que la enfermedad llegara en distintos momentos a ambos territorios ha vuelto la gestión de esta crisis aún más compleja a nivel bilateral. A esta ecuación se suma la intensa relación que nos caracteriza. El Gobierno de México ha demostrado una política exterior madura, de modo tal que ambos gobiernos hemos avanzado de forma proactiva en dos sentidos: la mitigación de los peores estragos de la pandemia en el corto plazo y la búsqueda de tratamientos efectivos en el largo.

El cinco de mayo llegó a nuestro país el primer vuelo con respiradores artificiales desde EU. Derivado de una conversación entre los presidentes López Obrador y Trump, y en coordinación con las Secretarías de Marina y Defensa Nacional, el Insabi y la Cofepris, se recibieron desde Estados Unidos 211 ventiladores de la más alta calidad, a precios menores a los del mercado. Cerca de entrar a la semana en la que se espera el mayor número de contagios, México instaló un puente aéreo que recibe al primero de por lo menos cuatro vuelos, con insumos literalmente vitales que irán a las regiones más afectadas de nuestro país y que actualmente escasean en el mercado internacional.

La fortaleza de la relación ha estado presente desde el inicio de la pandemia, cuando México y Estados Unidos establecieron un grupo de trabajo conjunto para enfrentar la pandemia que involucra a diversas dependencias de ambos gobiernos. El objetivo de este grupo es coordinar acciones que equilibren la salud pública con la productividad y fortaleza económicas de la región. En lugar de realizar cierres por completo que afectarían gravemente a las cadenas valor y la economía regionales, se alcanzaron acuerdos que permiten el tránsito esencial. Además, estamos trabajando de forma conjunta con miras a reabrir el sector automotriz, factor clave para el crecimiento económico regional, siempre en apego a los protocolos sanitarios correspondientes. Adicionalmente, se ha acordado la entrada en vigor del T-MEC el 1 de julio.

La cooperación no ha sido solamente para coordinar medidas económicas y fronterizas. Previniendo la importancia del desarrollo y distribución del tratamientos y vacunas, el Gobierno de México, particularmente mediante la Secretaría de Salud, ha participado activamente para garantizar ambos insumos. El primer estudio que ha mostrado resultados prometedores sobre un tratamiento para el Covid-19 lo realizó Estados Unidos y México fue parte de este. Además, hemos constituido el Grupo de Trabajo México-Gilead, la empresa que estaría a cargo de la producción del medicamento remdesivir, para que México tenga acceso oportuno al tratamiento, en caso de confirmarse su efectividad. Internacionalmente, hemos dado los primeros pasos para formar parte del ensayo clínico “Solidaridad” de la Organización Mundial de la Salud que contrasta cuatro tratamientos clínicos contra el Covid-19. Destaca también el liderazgo mexicano en la Organización de las Naciones Unidas para alcanzar la resolución, apoyada por consenso y copatrocinada por 93 por ciento de los países que conforman la Asamblea General, hacia una justa y accesible distribución de medicinas y vacunas contra el Covid-19.

Finalmente, no puede olvidarse la fortaleza de las relaciones que el Gobierno de México ha construido con las autoridades y aliados locales en EU. La protección a las personas mexicanas en el exterior es la primera obligación del Gobierno de México y es gracias a esa red de aliados que más de 440 mil personas han sido beneficiadas por las Ventanillas de Salud, que brindan servicios a nuestra comunidad en ese país. Además, nuestros consulados han dado seguimiento puntual a los 250 casos de connacionales contagiados, así como a los hasta la fecha 661 fallecimientos por Covid-19 en EU. Gracias a las instrucciones del presidente López Obrador, contamos con recursos adicionales para contribuir financieramente con quienes deseen trasladar los restos de sus familiares a México.

Frente a la pandemia a la que nos enfrentamos, la política exterior mexicana ha permitido reforzar una alianza clave con Estados Unidos. Más allá de contrastes ideológicos, hemos impulsado una relación bilateral, sólida y fructífera con Washington, que nos permite aumentar la capacidad de nuestro sistema de salud y mejorar nuestro acceso para los tratamientos futuros contra el Covid-19. Frente a la pandemia, la respuesta de la Cancillería es sencilla pero sustantiva: más puentes y más diplomacia.


Director general de Comunicación Social de la Secretaría de Relaciones Exteriores

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