Con el poder de decidir desde el Ejecutivo casi todo lo que vota o no el Congreso de la Unión, el presidente Andrés Manuel López Obrador en la primera quincena de mayo tendrá el poder para modificar, en caso de emergencia, el Presupuesto, pero no sólo esta vez, sino como facultad escrita en la ley. El diputado Mario Delgado, líder de Morena en San Lázaro, ya está listo para poner el moño al regalo, y en el Senado tampoco puede tener problema el senador Ricardo Monreal, y en cuanto se publique el decreto ocurrirán dos acciones: El Presidente ordenará los cambios que requiera para acomodar el gasto de este año y atacar los problemas de la crisis de salud y económica que generó el Covid-19, y los inconformes —sin duda, el Bloque de Contención de Mauricio Kuri, Miguel Ángel Osorio Chong y Dante Delgado Rannauro— irán a la Suprema Corte a denunciar que la reforma es inconstitucional. Juristas, y el morenista Porfirio Muñoz Ledo, que no puede ser considerado un conservador o adversario de la 4T, advierten que se incrementa el poder presidencial.

¿Se pandeará la oposición?

Nos cuentan que el líder nacional panista, Marko Cortés, convocó a toda la oposición a unirse y frenar la posible convocatoria de la Comisión Permanente a un periodo extraordinario con el fin de avalar la iniciativa presidencial para controlar el Presupuesto en caso de emergencias. El próximo jueves entrará en funciones la Comisión Permanente, y si para entonces ya hay dictamen para modificar el Presupuesto, Morena buscará la aprobación de un periodo extraordinario para poder votarlo. Es justo en ese espacio que el panista busca que la oposición le cierre el paso a Morena y al presidente López Obrador. Nos recuerdan que la Permanente se integra por 37 diputados, y se requieren 25 votos (dos terceras partes) para convocar a un periodo extraordinario, pero Morena y sus aliados solamente tienen 24 legisladores, es decir, si el PAN, PRI, MC y PRD (13 votos) se mantienen unidos, y no falta ninguno, podrían impedir que el dictamen sea discutido y votado. Se aceptan apuestas ¿alguien en la oposición se pandeará?

¿Viene el quién es quién de los banqueros?

La solidaridad de los banqueros del país está a prueba, nos dicen. En estos días ha habido una intensa negociación entre el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, que dirige Carlos Martínez, y la banca privada en la que se busca alcanzar un acuerdo para que las prórrogas sin intereses que el Infonavit está ofreciendo a sus acreditados debido a la emergencia sanitaria, también puedan aplicarse a las 533 mil personas que cuentan con un crédito vigente cofinanciado o coparticipado por la banca y el instituto. Nos hacen ver que las negociaciones con algunos bancos no han sido sencillas, pero que al final del día se espera que muy pronto se pueda alcanzar el acuerdo. Será que todos acepten, o que pronto llegue a las mañaneras presidenciales el quién es quién de los bancos.

La decisión de no hacer aplicación masiva de pruebas

Entre algunos de los integrantes de la comunidad científica, existen dudas y más que ello, serias críticas, sobre el manejo que ha dado a la pandemia por Covid-19, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud. Principalmente en lo que concierne a la exigencia de realizar una gran cantidad de pruebas de detección de la enfermedad en países que no cuentan con recursos. Se le critica al señor Tedros Adhanom Ghebreyesus por plantear escenarios desde su oficina en Suiza, y sin pensar que hay naciones que tienen dificultades económicas para adquirir grandes cantidades de pruebas. Sin embargo, en el caso de México el argumento no es necesariamente válido, pues el país no es una potencia económica, pero tampoco es tan pobre como para no adquirir las cantidades de pruebas que otros países, incluso con economías más pequeñas, han comprado. En este caso, lo que los hombres y mujeres de ciencia también debieran considerar es que desde el inicio de la pandemia la estrategia del gobierno fue no gastar en un gran número de pruebas, fue una decisión de las autoridades, no la falta de dinero para comprar pruebas. Ya vendrá el tiempo de rendir cuentas y comprobar si la apuesta de no aplicar pruebas de forma masiva fue correcta o no.

En la foto: Andrés Manuel López
Obrador. Sergio Tapia/ EL UNIVERSAL

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