A las mexicanas y mexicanos: No debemos perder de vista el desarrollo y resultados de la campaña de la Secretaría de Educación Pública (SEP) como parte fundamental de la Estrategia Nacional sobre prevención de adicciones “Si te drogas, te dañas”, emprendida por el Gobierno Federal para concientizar a las y los estudiantes de secundaria y bachillerato de todo el país sobre el consumo de estas sustancias. Sus objetivos son preventivos y de información y tienen como objetivo llegar a más de 11 millones de estudiantes en 62 mil escuelas.

Destinar de 10 a 15 minutos del horario de clases, por lo menos tres días a la semana, para hablar sobre las adicciones, es una acción inédita que no debemos subestimar, ya que concientizar de manera efectiva a las y los adolescentes sobre la importancia de mantenerse lejos de las drogas, evitará el incremento de las adicciones en la adultez.

El material gráfico y audiovisual, así como las guías para docentes y padres de familia, son contundentes y claras, por lo que han sido muy bien recibidas por la comunidad educativa, pero, sobre todo, han sido considerados materiales de gran utilidad por los propios estudiantes.

Y es que, durante los últimos cinco años, entre 2017 y 2022, se registró un incremento de 245% en el uso de estimulantes de tipo anfetamínico, principalmente cristal, utilizado generalmente por personas adultas que ya tienen problemas con el consumo de otras sustancias.

Se estima que en nuestro país más de 17% de las y los adolescentes que cursan secundaria o bachillerato han consumido drogas alguna vez en su vida. La de mayor uso es la mariguana, seguida por inhalables, tranquilizantes y la cocaína.

A raíz de la pandemia y debido al confinamiento y sus naturales estragos, tanto en el mundo como en nuestro país, se registró un aumento en el consumo de drogas, alcohol y tabaco. En el caso de México; no obstante que desde la ´última encuesta en la materia del INEGI, no tenemos datos recientes, las estadísticas de personas que demandaron tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas en los Centros de Atención Primaria, de Integración y No Gubernamentales aumentaron durante y después de la emergencia sanitaria.

Por otro lado, en 2022 el INEGI señaló que, entre 2010 y 2020, el porcentaje de delitos relacionados con drogas de quienes ingresaron a centros penitenciarios aumentó de 12.3% a 19.6%; y que, en 2020, de los delitos relacionados con drogas cometidos por la población en los centros penitenciarios, 61.1% fue por narcomenudeo y 38.9% por delitos contra la salud. Lo que nos da una idea preclara del aumento en el consumo de estupefacientes.

Además, la crisis derivada por el consumo de fentanilo en el país vecino del norte ha prendido las alertas en nuestro territorio, debido a la cercanía y a las rutas del trasiego de drogas, y aunque el fentanilo está en nuestras calles, su consumo no tiene las dimensiones que alcanzó en Estados Unidos.

La Estrategia Nacional para la Prevención de Adicciones le apuesta a la participación social, no solo desde el enfoque proteccionista para evitar el uso y abuso de sustancias psicoactivas, sino también y, sobre todo, desde la perspectiva de la salud mental y psicoafectiva, a través del impulso de una nueva cultura de bienestar colectivo e individual.

El paradigma ha cambiado sustancialmente no solo en materia de seguridad, sino también de salud, pues el modelo prohibicionista que criminalizaba a las personas y que impedía su reinserción y rehabilitación ha sido sustituido por otro, en el que existe una mayor comprensión y atención de los factores de los entornos, para evitar estigmatizar y marginar a las personas que consumen.

Desde la lógica anterior, la estrategia dentro de las aulas y dirigidas a las y los adolescentes es fundamental para detener el consumo de drogas y sus daños asociados en un sector poblacional vulnerable por razones de su propia edad, así como por su exposición a entornos desfavorables. El acompañamiento de docentes y sus familias es necesario, ya que ello permitirá focalizar los esfuerzos dependiendo de los contextos particulares y de las vicisitudes que plantean las diferentes regiones y localidades de México.

Estamos a escasas dos semanas de conmemorar el Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico de Drogas, en donde seguramente tendremos mayor información sobre la realidad de las adicciones en México, pero, más allá de las cifras ,es importante que como sociedad hagamos un esfuerzo para que en los espacios familiares, sociales, laborales y escolares impulsemos ambientes amables, nutricios y alejados del uso de sustancias prohibidas.

El narcotráfico es un flagelo que ha lastimado mucho a la sociedad, debido a la violencia que le es inherente y que la ha mantenido presa del miedo. Enseñar a las y los adolescentes a no consumir, es romper el círculo de la oferta y la demanda que sostiene a los cárteles y provoca derramamiento de sangre.

Activista Social

@larapaola1

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