Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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Olga Breeskin se ganó el mote de “Súper Olga”, aquí en uno de sus espectáculos tipo Las Vegas, Nevada, E.U, que ofrecía en México en el Hotel Continental Hilton. Imagen de noviembre de 1987. Archivo EL UNIVERSAL.

Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana 
Edición: Angélica Navarrete R.

Quienes conocieron a Olga Breeskin recordarán a una mujer alta que tocaba el violín, con una gran melena negra y cuerpo espectacular, que además era bailarina , conductora y actriz , talento y entrega profesional que la llevó a ser una de las artistas más famosas de México en los años 70 y 80.

Olga Eugenia Breeskin Torres nació en la capital mexicana el 22 de septiembre de 1951, su padre Elías Breeskin, de origen judío ruso nacido en Ucrania, fue un famoso violinista , compositor y director de orquesta en México.

Lena Torres era el nombre de su madre. Tuvo medios hermanos por parte de su padre y su único hermano carnal también llevó el nombre de Elías.

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Súper Olga, todo un espectáculo con su violín en el salón La Madelón, septiembre de 1986. Breeskin Torres no tenía empacho en obsequiar la ropa que ya no utilizaba en el escenario a sus compañeras menos afortunadas. Cortesía.

Desde pequeños Olga y Elías recibían de su padre clases de violín y otros instrumentos, legado que desde entonces marcó la vida de Olga, pues al fallecer él sería la única forma en que hijos y viuda lograron subsistir.

Más tarde ella encontró un trabajo como secretaria en un despacho de avenida Juárez. Su sueldo de 225 pesos semanales era la única entrada real para la familia.

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EL UNIVERSAL publicó una entrevista en febrero de 1975 a la joven violinista y artista Olga Breeskin, donde narraba que al morir su padre, Elías Breeskin, ella y su hermano trabajaron duro en restaurantes tocando el violín. Más tarde, ella trabajó también como secretaria en un despacho donde ganaba apenas 225 pesos semanales, entonces era el único sustento de la familia. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

El dinero a penas alcanzaba para comer y otra parte servía para comprar vestidos y saliera a hacer música en restaurantes , donde se reconoció su talento y belleza; así, rápidamente empezó a ganar fama y ofertas de trabajo.

A sus 22 años, en 1973, se reportaba en este periódico que llegaba a cobrar hasta 40 mil pesos por presentarse en diversos teatros estatales o plazas de toros .

También le interesó hacer películas por lo que siempre buscó un espacio para la televisión o el séptimo arte: “mi vida de vedette la he asegurado” decía la joven.

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Olga Breeskin a los 22 años, en una foto del 22 de enero de 1973. Su peinado y vestuario aún recordaban los años 60. Archivo EL UNIVERSAL.

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Olga Breeskin posa sobre una motocicleta rodeada de sus bailarines, en uno de sus shows temáticos. Década de 1970. Cortesía.

Breeskin mencionó a este diario en 1975 que había llegado a sus oídos que la mismísima María Félix quedó impresionada por su versatilidad , lo que significó mucho para la violinista, ya que el reconocimiento de “La Doña” no lo tenía cualquiera.

“Olga Breeskin, quinceañera, desconocía lo que es la vida y aprendió en el peligro: el mundo de la vedette . —Por una mera curiosidad —evoca— me dijeron que yo ensayara, pero como niña sexy. Sólo tenía un vestido largo de actuación y la necesidad, de paso, provocó que pensara en un traje corto... El primer paso fue una entrada a los estudios de cine. Casi ‘extra’ ”, se mencionó en una nota de este diario de 1975.

Tiempo después Olga ya era conocida en el país por su participación en el famoso programa de televisión del conductor Raúl Velasco quien, después de escucharla tocar el violín, la invitó a participar en las emisiones de “ Siempre en domingo ”, donde realizó pequeñas y simples entradas en compañía de su instrumento, ganándose el mote de “ La chica del violín ”.

Olga Breeskin en uno de sus espectáculos de televisión. Tomado de Youtube.

Más tarde actuó en la comedia “Me he de comer esa tuna” con Manuel López Ochoa, que le trajo un sueldo de 6 mil pesos y más tranquilidad para la familia aunque eso implicara trabajar arduamente.

El éxito no tardó en llegar y, en vez de conformarse con su vida como vedette y actriz, decidió emprender y ampliar su profesión e instalar un ballet , clases de hawaiano y campañas de publicidad, entre otras cosas.

En 1979 cumplió tres años de presentarse en el hotel Continental . En esa época se anunció que la violinista sería la conductora de su propio programa de televisión en el canal 2 de Televisa.

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Imagen de fines de los 70, Olga recibe dos diplomas a manera de reconocimiento a su trayectoria artística. Cortesía.

Compara el antes y el después deslizando la barra central (clic aquí para ver más grande)

En las décadas de los 70 y 80, Olga Breeskin marcó toda una época en la vida nocturna capitalina con sus espectaculares presentaciones en el hotel Continental Hilton. Archivo EL UNIVERSAL.

Se auguraba tal éxito que El Gran Diario de México consideró que los años setenta serían conocidos por algunos como “los de Olga Breeskin”:

“Olga fue un fenómeno artístico muy original, diferente..." . Su adaptación al cambio fue una de sus características.

Su carrera cobró fama al grado que un jurado de París , Francia, le otorgó en 1980 el título de “la vedette de la América Latina" en reconocimiento a su trabajo profesional.

A fines de septiembre de 1985, luego de los sismos, se empezó a leer en las planas de este diario que la también actriz atravesaba por problemas económicos, lo que motivó a varios fans a dejarle dinero afuera de su habitación en el dañado Hotel Continental .

Después de aquél “bache”, la violinista empezó a montar espectáculos como los que se veían en Las Vegas o París. Se le nombró como la “única artista internacional ” , pues viajaba a varios países para conocer espectáculos y traerlos a México y a América Latina.

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El reportero Cor de esta casa editorial escribió una nota de los festejos navideños en la casa de Olga ubicada en el Pedregal de San Ángel. Ahí  repartió su aguinaldo entre sus asistentes y convivió en una taquiza el 22 de diciembre de 1980. Su mascota "Boris" estuvo presente. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

"Todos queremos ver a Olga…"  Breeskin

Las notas en este diario narraban que sus vestuarios y los de su ballet eran de calidad y que contaba con la presencia de importantes figuras del espectáculo.

“Ella trabaja intensamente para merecer el cálido aplauso... La alegría que comunica es de una mujer rítmica y una artista ambiciosa, esforzada siempre por agradar”, publicó EL UNIVERSAL. Se ganó el mote de “ Súper Olga ”.

En meses anteriores en el Mochilazo titulado El Continental, el hotel de Olga y Marilyn narramos que a principios de los setenta, su espectáculo consistía en una presentación musical y dancística donde, la también actriz, se dejaba ver con los clásicos trajes de vedettes estilo Las Vegas o París, acompañada de sus bailarines, músicos y hasta de animales exóticos como tigres , boas , aves o tarántulas .

C

"Todos queremos ver a Olga, todos queremos ver a Olga... una estrella internacional...", era la letra del tema introductorio previo a sus presentaciones originalmente en el salón Belvedere del Hotel Continental Hilton. Tomada de Youtube.

En aquel texto entrevistamos a la señora Yolanda quien compartió sus recuerdos en compañía de toda su familia política, cuando fueron a ver el show de la violinista.

Contó a EL UNIVERSAL que su suegro había recibido un reconocimiento por parte del gobierno por sus 50 años de servicio público dedicado a la docencia y, como su cumpleaños era poco tiempo después, la familia le preguntó: “¿Papá, cómo quieres celebrar?” a lo que él respondió “Quiero ir a ver a Olga Breeskin ”.

En el momento todos rieron y al verlo tan seguro de su petición, su suegra, cuñado, concuñas, esposo y, por supuesto, ella, aceptaron acompañarlo.

"No tardamos nada en reservar y comprar los boletos, que incluía una cena. Aquel día llegamos por la noche al hermoso edificio del Continental , que estaba lleno de cristales y relucía en la esquina de Reforma e Insurgentes, con una vista totalmente diferente a la de hoy”, dijo.

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Olga Breeskin baila con su grupo en la Gala Ballet. Década de 1980. Cortesía.

Al entrar al hotel, la familia se dirigió hacia el salón Belvedere . Tomaron el ascensor y cuando este abrió sus puertas, se encontraron con un gran tigre de Bengala en compañía de su cuidador.

El animal estaba sentado frente a la entrada del salón, cumpliendo la tarea de dejar atónitos a los espectadores minutos antes de que saliera Olga.

“Creo que el tigre fue lo que más me impactó de esa noche, era un animal hermosísimo, elegante e imponente al mismo tiempo”, prosigue Yolanda. Una vez ubicados en su mesa, esperaron a que se sirviera la cena e iniciara el show.

Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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Aspecto general del salón Belvedere, elegante restaurante que ofrecía música y demás atracciones al interior del hotel Continental Hilton. Sede de las presentaciones de Olga Breeskin. Colección Carlos Villasana.

De pronto, apareció Olga ataviada con un diminuto “payasito” y una falda hawaiana , la vedette se movía al son de la música provocando risas o suspiros entre los asistentes. Doña Yolanda asegura que Olga era poseedora de una belleza muy particular, con un cuerpo impresionante.

Comenta que parte de su espectáculo consistía en bailar con gente del público y, sin esperarlo, el elegido para dicho acto fue su marido:

“Se acercó a la mesa y lo invitó a bailar. Ella era muy famosa y esa noche el sitio estaba lleno de cámaras, pero como mi esposo estaba familiarizado con ellas por su trabajo, no le dio pena aceptar su invitación. Olga le puso una falda hawaiana y empezaron a bailar.”

Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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En el salón Belvedere del hotel Continental Hilton hacía participar, sobre todo a los caballeros, cantando o bailando con ella. Aquí en una imagen de los años 80. Archivo EL UNIVERSAL.

Entre risas nos cuenta que todos en la mesa estaban sorprendidos y que cuchicheaban sobre lo divertido que se veía su esposo utilizando la falda mientras se unían a los aplausos que daba la gente.

Su marido regresó a la mesa y su suegro, en tono de broma, dijo que el encargado de pagar todo aquella noche sería su hijo, por haberlo elegido Olga.

“Todos nos reímos mucho, fue una noche deliciosa. A la salida uno que otro se acercó con mi esposo a preguntarle que si él era parte del show, porque no le causó pena estar frente a las cámaras. Definitivamente el espectáculo de Olga fue una de las historias que se me quedó ‘en el tintero’ para siempre”, concluyó.

En 1985 cambió la sede de sus shows

Después del éxito de sus presentaciones, Olga viajó a Nueva York , Estados Unidos, para estudiar danza y contactar con más bailarines.

Fue allá donde conoció al que fue el padre de su hijo. Meses posteriores a aquel viaje ocurrieron los sismos de 1985 que dañaron la estructura del hotel Continental Hilton, a lo que se sumó un decaimiento general de la vida nocturna capitalina.

El jueves 19 de septiembre de 1985, día del terremoto, Olga tenía ocho meses de embarazo, pues esperaba el nacimiento de su primer hijo para octubre. Como cada año, festejó su cumpleaños el día 22 al lado de amigos en su casa del Pedregal.

Dañado el salón Belvedere del hotel Continental continuó sus presentaciones al año siguiente en el conjunto Marrakesh , ubicado en avenida Florencia , en la Zona Rosa .

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Luego de los sismos de 1985 se presentaba en La Madelón, del conjunto Marrakesh, en avenida Florencia, Zona Rosa, Aquí un anuncio de 1986 de su espectáculo: los martes y miércoles a las 12 de la noche y los jueves, viernes y sábados con dos funciones 11.30 de la noche y 1.30 de la mañana. Hemerteoca EL UNIVERSAL.

Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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El Morocco era otro salón del conjunto Marrakesh, en la Zona Rosa, donde se presentaba Olga luego de los sismos de 1985. Colección Carlos Villasana.

Olga solía comentar que el sismo no sólo la afectó a ella al tener que dejar de dar su show, sino a todos los capitlinos; en el ambiente había un estado de pánico y la violencia había incrementado.

Luego de hacer todo lo posible por rescatar el hotel Continental fue dinamitado y demolido a las 16:00 horas del 16 de febrero de 1986. Así, en menos de una hora, 36 años de historia hotelera quedaron reducidos a escombros y una gigantesca nube de polvo.

Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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El 16 de febrero de 1986 a las 4 de la tarde sonó la sirena que indicaba el fin del Hotel Continental Hilton, fue dinamitado para su demolición luego de graves daños en su estructura por el terremoto de 1985. Crédito Revista Obras 1986 / Colección Villasana - Torres.

De la fama en México al recuerdo

En la zona que alguna vez ocupó el famoso hotel, el gobierno construyó el Jardín Jesús Reyes Heroles , donde hoy vemos también un edificio de cristales color plata y estructura en color rojo que alberga oficinas de la Comisión Federal de Electricidad, sobre avenida Reforma y el cruce con avenida Insurgentes .

En el citado Mochilazo, se hizo un pequeño sondeo en los alrededores del Jardín y las únicas personas que sabían contestarnos qué era El Continental o quién era Olga Breeskin fueron quienes vivieron los estragos del sismo.

“A Olga la veíamos en la tele... se escuchaba la popular canción que anunciaba el inicio de su show: Todos queremos ver a Olga... ”, recordaban.

jardin jesus reyes 1. Colección Carlos Villasana

Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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Luego de la demolición del hotel Continental Hilton, en 1986, la zona se ocupó para el jardín Jesús Reyes Heroles, aquí una imagen de los años 90 de la Colección Carlos Villasana. En la segunda imagen otra vista, desde avenida Insurgentes; en la zona ahora vemos el edificio de cristales color plata con estructura en color rojo, sede de la Comisión Federal de Electricidad, año 2000. Crédito: Juan Boites/EL UNIVERSAL.

En 1990 Olga y su familia partieron definitivamente a Estados Unidos. En 2002 se anunciaba que llevaba más de una década viviendo en el país vecino y que en Las Vegas , donde residía, también montó un reconocido show llamado “ Ritmo Latino ”, con música mexicana, en el que participaban 100 personas entre bailarines, músicos, mariachi y equipo técnico.

Desde entonces venía a México de manera temporal, en caso de que tuviera una participación en alguna novela, programa o filmación. Más tarde decidió alejarse de la vida artística por motivos personales.

Todos queremos ver a..."Súper Olga"
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Súper Olga acompañaba sus espectáculos con animales, desde tigres, aves y boas, hasta tarántulas. Cortesía

En 2003, la artista declaraba a El Gran Diario de México que de lo único que se arrepentía era de no haber grabado más discos con su compañero inseparable: el violín.

De “haberlo dejado (al violín) cuando Dios me dio esa magia en los dedos, en el brazo; me hubiera gustado dedicarle más tiempo”.

-¿Cuáles son tus mejores y peores recuerdos de cuando eras vedette ? —, preguntaba el reportero, a lo que ella respondió:

“El mejor es el récord que impuse en el (hotel Continental) Hilton de la Ciudad de México, donde hice una temporada de siete años consecutivos… Lo malo es que hice enojar mucho a mi madre al salir con tan poquita ropa”.

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Olga Eugenia Breeskin Torres posando para la cámara en uno de los escenarios del conjunto Marrakesh, en la Zona Rosa. Imagen de finales de los años 80. Cortesía.

En la nota también se leía que la Breeskin conducía el programa de radio "El mundo del entretenimiento con Olga", que se transmitiá en México por el 260 de AM, “Mejorando tu vida diaria” y, en sus estaciones afiliadas en la provincia, los sábados de 10:00 a 12:00 horas, con repetición los domingos.

Trece años después, en 2016, Olga volvió a dar una entrevista a esta casa editorial. Se encontraba en Toronto , Canadá, promocionando el documental “Bellas de Noche” de la directora María José Cuevas.

Breeskin reconoció que no fue fácil aceptar este proyecto desde la primera oferta, ya que no sabía cómo alguien tan joven podía plasmar lo que significó vivir en esas décadas.

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En 2016, Olga dio otra entrevista a este diario. A sus 65 años habló de su participación en el documental “Bellas de Noche” de la directora María José Cuevas, quien le inspiró confianza al tratar el tema de las vedettes de los 70 y 80 de forma profesional. Crédito: Agustín Salinas/EL UNIVERSAL.

En aquella charla declaró:

“Con lo único que yo me sentía cómoda era tocando el violín porque eso es lo que me enseñó mi papá. Pero la juventud es la época más corta de la vida y si a eso le agregas que de los 20 a los 30 años tu mayor éxito es mostrarte en un bikini , pues, querida, te la vas a pasar muy mal cuando cumplas 40, 50 y 60. Entonces mi error artístico fue darle demasiado énfasis a la parte sensual , a la parte visual, al resultado que tenían mis movimientos con los varones”.

Olga reconoció que tanta fama le trajo muchas cosas a sus veinte años, como el exceso de dinero y drogas. En la entrevista dijo que:

“De los 20 a los 50 yo seguí el juego de la vida y no me di cuenta que me estaba llevando a la autodestrucción, a la soledad. Cuando me mostraban las fotos de la mujer que fui y me miraba al espejo y no me reconocía, era insoportable así que corría al casino en Las Vegas a embriagarme para no ver mi realidad, porque no era bonita , ¿a quién le gusta haber sido y ya no ser?”

Sin embargo, logró comprender que estaba por un camino de autodestrucción y se dio la oportunidad de volver a estar bien consigo misma.

Olga Breeskin en el 5° Aniversario de Súper Sábados, en 1989.

  1. Fuentes:
  2. Hemeroteca EL UNIVERSAL
  3. Archivo Fotográfico EL UNIVERSAL.
  4. Colección Carlos Villasana