Como en los últimos cuatro años, aquí van mis 12 deseos para el sistema de Propiedad Intelectual (PI) en México, en este intrincado y muy interesante 2024.

La primera uva representa el anhelo ferviente de que, antes de culminar su encargo, el Ejecutivo federal promulgue y publique el tan esperado Reglamento de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Intelectual. La espera injustificada ha sido prolongada – 3.5 años – para un ordenamiento esencial, no solo para el sistema, sino también para cumplir con el capítulo XX del T-MEC.

Siguiendo con la segunda, un clamor común entre quienes participamos en el sistema de PI es garantizar que nuestras autoridades cuenten con recursos suficientes –económicos, materiales y humanos– para cumplir las obligaciones que nuestras leyes y tratados internacionales imponen. Es crucial otorgar autonomía al IMPI en la gestión de sus recursos, además de un mayor presupuesto para la unidad especializada de la FGR, Indautor y autoridad en materia de variedades vegetales.

En cuanto al Indautor, con la tercera uva se insiste en culminar el sexenio con un director general. Es desconcertante que, después de tres años del lamentable fallecimiento de Hugo Contreras, no se haya nombrado a su sucesor.

Los deseos contenidos en las uvas 4 y 5 se dirigen a la Suprema Corte. La cuarta reclama que el Pleno se pronuncie de una vez por todas sobre la constitucionalidad de la causal de nulidad de registros de marca en las que se basa 40% de las demandas. Asimismo, la quinta anhela que los ministros resuelvan la constitucionalidad de la Ley Federal del Derecho de Autor en protección y defensa de dichos derechos en el entorno digital.

La uva 6 aborda el fortalecimiento de los organismos autónomos, trascendiendo su mera existencia. Este fortalecimiento es esencial para la PI, dado que la transparencia es un pilar fundamental, además de su interacción con temas de competencia económica y telecomunicaciones.

Con 2024 como año electoral, la uva 7 exige el respeto a los derechos de autor y marcas de terceros durante las campañas. Si se utilizan, deben aplicarse estrictamente los lineamientos emitidos por el Tribunal Federal Electoral, incluyendo la cuantificación del beneficio y su inclusión en los gastos de campaña.

La octava va dirigida a todos los candidatos, instándolos a integrar en sus planes de campaña la innovación, creatividad, ciencia, tecnología y la PI. Además, aquellos electos deben contemplar estos temas en sus planes de gobierno y legislativos.

En el gremio de la PI, la novena uva engloba dos deseos: continuar evitando litigios en medios y, ante la inminente llegada de la primera presidenta de México, elegir una mujer para liderar la asociación más representativa.

La uva 10, dedicada a la Cancillería, busca aumentar la presencia mexicana en la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, tanto en plazas como en jerarquía.

La penúltima uva aboga por un México original, ya retomando acciones contra la piratería por parte de la FGR y la Agencia Nacional de Aduanas, como asegurando que los temas de plagio reciban la importancia y sanción necesarias, alejándolos de ser simples llamaradas de petate mediáticas y politiqueras.

Finalmente, la 12 anhela que en México, todos –ciudadanos, autoridades, empresarios y emprendedores–, tengan presente la importancia de la PI. Al comprender su papel crucial en la economía y sociedad del conocimiento, el país avanzará en los índices respectivos y ocupará el lugar que le corresponde. ¡Próspero e innovador 2024!

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