El ser humano es reticente a los cambios, pero se tienen que dar. La modernidad así lo exige. Pero ¿qué pasa a la hora que se da el cambio? Inicia la resistencia de los conservadores, como una reacción natural. La Copa Davis , que es una competencia extremadamente tradicional, agrupa a casi todos los países del orbe desde hace casi 120 años, cuando Dwight Davis, un norteamericano, tenista visionario, político y millonario, decidió hacer una competencia entre Inglaterra y Estados Unidos en Boston , jugando cuatro partidos de singles y uno de dobles, en tres días y con encuentros a tres de cinco sets.

Durante 118 años, el número de países fue en aumento, pero el formato no había sufrido prácticamente ningún cambio; sin embargo, el número de tenistas sí se incrementó y la parte elitista dejó de existir, convirtiéndose en uno de los deportes más populares y mediáticos que existen con tenistas inigualables como Rod Laver, Bjorn Borg, Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic .

Dejemos la historia atrás un poco y vayamos al ahora, en donde la Copa Davis se ha visto transformada a través de un empresario, Gerard Piqué, quien es un deportista brillante como futbolista. Cuando todos los deportistas descansaban, Piqué estaba tomando cursos de negocios, de economía y de administración en Harvard . Él tuvo la visión que ningún otro deportista o empresario tuvo: convenció a la empresa Rakuten para que colocara una cantidad multimillonaria, por 25 años, a la competencia entre naciones del tenis, al igual que convenció a una institución tradicionalista, como es la ITF (Federación Internacional de Tenis), de hacer algunos cambios significativos al vetusto formato.

La transformación se ha dado en la etapa de finales. Se tuvo un éxito sonoro, ayudado en buena parte por Rafael Nadal , quien es un fenómeno del tenis.

Rafa ganó todos los partidos que jugó esta semana en la Caja Mágica y España conquistó su sexta Copa Davis .

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