Las antiguas civilizaciones contaban con espacios para la cultura, el arte y el ocio, como tiempo de recreación. Pero ¿qué es el ocio? Es el tiempo libre de una persona y es el cese del trabajo o la total omisión de la actividad obligatoria.

La cultura Maya, con su Juego de Pelota —uno de sus importantes rituales— ha sido un gran aporte a la vida del hombre actual. En aquellos ayeres, los rituales en forma de juego o de festivales (ocio) contaban con reglas, jueces, marcadores, estadio, uniformes, instrumentos deportivos, caretas, escudos, palas, guantes, etc.

El arte, el conocimiento y los deportes (ocio) eran parte de las grandes civilizaciones. En Grecia, el “hombre integral” tenía que ser soldado, político, artista, deportista y hasta filósofo. En Roma, las celebraciones eran juegos sagrados en honor a los dioses. Sus grandes coliseos eran sangrientos escenarios que identificaban al ocio como tiempo de recreación, entretenimiento y espectáculo, honrando siempre a sus dioses o a sus líderes.

Los grandes coliseos que celebraban batallas entre gladiadores y animales salvajes eran parte del ocio y recreación de muchos. El famoso Coliseo de Roma tenía capacidad para 50 mil personas, pero podía aumentar a 80 mil, quienes asistían a un rito funerario que, con el tiempo, se convirtió en un espectáculo que apasionaba a todos los romanos.

El ocio no debe ser confundido con la inactividad absoluta o el aburrimiento. Muchas veces, escuchamos la frase de “no seas ocioso” , pero —en realidad— el ocio toma una función muy especial y sana, que consiste en aprovechar esas horas, fuera de tiempos laborales, para satisfacer necesidades de entretenimiento, recreación, intelectuales, de contacto con la naturaleza y la práctica de un deporte.

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Este comentario viene al caso porque, ahora, el famoso “home office” nos obliga a ser ociosos, a ser creativos, utilizando todos los elementos posibles para poder combinar y satisfacer nuestras necesidades, dentro de este enorme paréntesis que nos ha dado la naturaleza humana. Hemos aprendido a reinventarnos con el “quédate en casa” y ahora sabemos que existen trabajos que se pueden realizar en ésta, sin olvidar que somos entes sociales y que el ocio y la recreación son acciones sanas y prioritarias, en las que satisfacemos necesidades intelectuales relacionadas con la vocación y el ejercicio. ¡Vamos, seamos ociosos mientras trabajamos!

luis@vamosdeportes.com

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