Tu peor enemigo no es el rival que tienes enfrente, sino la duda en tu interior. —DLX

Seguramente, una de las elecciones más reñidas para el próximo año, casi con final de fotografía, será la Ciudad de México. Por primera vez en 27 años, desde que los chilangos podemos elegir Jefe de Gobierno, hay una posibilidad muy real de que la izquierda pierda y llegue un candidato de centro derecha.

Sin embargo, las cosas no son fáciles para ningún bando. La polarización política de la capital es dura, el pequeño voto vacilante que aún no está politizado será, finalmente, el que defina la balanza.

Veamos los resultados del 2021 tomando como muestra el voto para el Congreso de la Ciudad: hubo un total de 4,053,303 sufragios de los que:

1,914,211 fueron para la 4T, con Morena, PT, Verde, RSP, Fuerza por México y PES.

1,821,495 fueron para la Alianza PAN, PRI, PRD.

140,407 para Movimiento Ciudadano.

177,190 nulos, otros partidos e independientes.

Evidentemente, el oficialismo ha entendido estas cifras y sabe que necesita a un candidato competitivo que logre convencer mucho más al centro y pueda garantizar el triunfo. De ahí que todo apunta a que Omar García Harfuch podría hacerse de la candidatura a pesar de las reticencias de los sectores más duros de la militancia que siguen viendo a Clara Brugada como su mejor opción.

Entre una y otro hay un abismo de diferencias. García Harfuch viene de familia militar, del viejo régimen, de la durísima disciplina que impone la cadena de mando; él no se manda solo, no hay pasos sorpresivos ni intenciones caprichosas; es aspirante con la venia de Claudia Sheinbaum que, a su vez, debió tener la del jefe máximo López Obrador.

Brugada, en cambio, viene de la lucha social, tiene el sello lopezobradorista en la frente y es justamente eso lo que la coloca en desventaja porque, al menos, 1.8 millones de chilangos no quieren nada parecido al Presidente.

Sin embargo, en la 4T a veces las cosas son totalmente impredecibles, no podemos descartar un golpe al interior del movimiento o el súbito manotazo de algún tlatoani que cambie abruptamente el escenario.

Para mí, hoy por hoy, la cosa está clara: Harfuch es el delfín de Sheinbaum, si llega a ser presidenta lo quiere cerca, como un hombre clave y que de ser necesario lo llevará a su gabinete en cualquier momento, porque, de nuevo, Omar García Harfuch no se manda, ni se mandará, solo.

Aunque, lo que no está claro es el contrincante, ¿Sandra Cuevas, más caricatura que político?, ¿Santiago Taboada, que termina salpicado por el Cártel Inmobiliario de sus antecesores?, ¿Enrique De la Madrid, la cuota del PRI?, ¿Kenia López Rabadán, dura antilopezobradorista?, ¿Adrián Rubalcava, Lía Limón o…?

De Colofón.-

Marcelo Ebrard pudo irse a Movimiento Ciudadano, pero la puerta se ha cerrado.

La invitación estuvo en la mesa antes de junio, los naranjas no quieren ser plato de segunda mesa, por lo que al excanciller le queda: la sumisión, la rebeldía, el retiro o 2030.

Lástima, sigo pensando que Marcelo era uno de los mejores cuadros políticos del país, qué triste que ganó la ingenuidad o el ego.

Y todavía faltan ¡254 días! para la elección presidencial.

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