A pesar de que el presidente ha declarado desde hace dos semanas que la curva se está aplanando o que estamos domando al virus, las evidencias muestran lo contrario. Las cifras de contagios y defunciones siguen en aumento y no parecen mostrar el esperado punto de inflexión tan anunciado por las autoridades. No tenemos claro cuando llegaremos al pico ni cuando empezaremos realmente a aplanar la curva, pero los expertos señalan que no es de esperar que ésta descienda tan rápido. De acuerdo a datos oficiales, tan sólo hace unos días se reportaron 334 fallecimientos por esta causa.

Raúl Rojas, matemático destacado, afirma que la experiencia de otros países de alta población y gran número de contagios muestra que una vez alcanzado el máximo de personas que contraen la enfermedad, al cual hasta hoy no parece que hayamos llegado, éste se puede sostener varios días o semanas y la caída es muy gradual y depende del mantenimiento de medidas de distanciamiento social.

Aunado a declaraciones triunfalistas, el manejo de la información ha sido sumamente deficiente. Tan sólo en CDMX, de acuerdo con un reportaje de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, entre el 17 de marzo y el 12 de mayo quedaron registradas 4,577 actas de defunción por coronavirus en el Registro Civil, cifra casi cinco veces mayor a los 937 decesos reportados en este periodo por la autoridad capitalina. La UNAM, en su página dedicada al Covid19 tiene estimaciones de casos totales muy por encima de los datos que han dado a conocer las autoridades federales y el propio Julio Frenk, ex secretario de salud, ha criticado la base estadística utilizada por la Secretaría de Salud.

En México hasta hoy no contamos con datos reales sobre el número de contagios y defunciones, y en la era de la información la única manera de combatir las noticias falsas y la distorsión de la misma, así como las especulaciones, es con información constante, veraz y oportuna por parte de la autoridad. Especialistas, lo mismo que prestigiados medios de comunicación internacionales, han cuestionado los datos del subsecretario López Gatell, así como la metodología que utiliza y han puesto en evidencia la falta de aplicación de pruebas, que en automático lleva a una imprecisión de los mismos.

Difícilmente puede haber buen manejo de un problema si se desconoce su magnitud. Para tomar decisiones de manera adecuada se requiere contar información fidedigna que sirva para delinear con mayor precisión la dimensión del problema, construir el mundo de posibilidades y entonces elegir la mejor opción basadas en evidencias y no en conjeturas. Las crisis no se enfrentan con suposiciones ni con ideologías sino con datos.

Sin embargo, el presidente, en una lógica más política que de atender el problema de salud, ha tomado la decisión de reanudar actividades económicas a partir del 1 de junio, sin las medidas e información pertinentes. La urgencia es entendible pues millones de personas necesitan recuperar sus ingresos, pero hacerlo sin suficientes pruebas, protocolos, ni medidas de seguridad y con un deficiente manejo de datos puede acabar resultando peor. Se requiere de manera urgente del uso de herramientas accesibles que den algo de certidumbre. Una de ellas, utilizada en otros países para reanudar actividades y que ojalá se adopte en México, es el diagnóstico serológico, es decir, la prueba de inmunidad que permite detectar a quienes ya tuvieron el virus (muchos de ellos asintomáticos) y han generado anticuerpos que reduzcan las posibilidades de nuevos contagios.

@lialimon
Abogada y consultora

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