Ha iniciado el ejercicio hacia el paquete económico del próximo año con el documento de Pre-Criterios 2022, en el que se presentan las previsiones de las principales variables económicas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Como cada año, es posible observar un ejercicio republicano, técnico, robusto y en línea con el planteamiento político y económico de esta administración.

Los Pre-Criterios basan sus proyecciones y previsiones en cuatro supuestos básicos: 1) la dinámica de vacunación que permitirá una reactivación paulatina del mercado interno, 2) la rápida recuperación del mercado estadounidense (el principal socio comercial), 3) la dinámica de los precios internacionales del petróleo y de la plataforma de producción de Pemex, y 4) la solidez observada en las principales variables financieras y en la aparente fortaleza de las finanzas públicas.

Con estos supuestos en consideración, Hacienda estima que el crecimiento económico para 2021 será entre 4.6% y 5.3% y de 3.6% hacia 2022, siendo estos los pronósticos más optimistas dentro del ámbito de instituciones nacionales e internacionales.

Por su parte, los especialistas consultados por Banco de México estimamos 3.9% para 2021 y 2.7% para 2022. El Fondo Monetario Internacional estima 4.3% para 2021 y 2.5% en 2022. En Consultores Internacionales, SC. en la última edición del Modelo Macroeconómico Tlacaélel, proyectamos entre 2.5% y 3.5% para 2021 y de 2.6% para 2022.

Las estimaciones de SHCP sugieren que el rebote técnico de la tasa de crecimiento en 2021 y la dinámica moderada en 2022 serán suficientes para retomar los niveles previos a la pandemia; sin embargo, desde la óptica de diversos analistas esto no sería así; de hecho, en Consultores Internacionales, SC. no encontramos elementos técnicos que nos permitan estimar una recuperación completa antes de 2024.

Acertadamente, el documento de Pre-Criterios 2022 identifica riesgos asociados a la incertidumbre por la evolución de la pandemia, posibles retrasos en la estrategia de vacunación y la volatilidad de los mercados financieros internacionales. Lo que no considera es que en lo general hay un clima de negocios adverso que entorpece el desarrollo de inversiones presentes y futuras. Es claro que los inversionistas se encuentran en un momento de fuerte incertidumbre y que en este sentido, elementos como las contrarreformas al sector energético que buscan eliminar de la ecuación a la participación privada y generar una mayor rectoría por parte del Estado, tendrán fuertes efectos en el crecimiento económico.

A lo anterior, debemos agregar la presión generada por los precios de los combustibles, arriba de 22 pesos por litro para algunas gasolinas y los elevados precios de producción, 5.9% en febrero, a tasa anual, un tipo de cambio con clara tendencia al alza, que podría cerrar el año arriba de 22 pesos por dólar, lo que podría llevar a tener una inflación de entre 4.1% y 4.5% en 2021.

Vale la pena recordar que Banco de México mostró prudencia al mantener sin cambios la tasa de interés en niveles de 4%, justo considerando que la tendencia de la inflación general y subyacente, la depreciación de la moneda y el alza de rendimientos de mediano y largo plazo.

El entorno es incierto y difícilmente la recuperación será rápida. El ambiente empresarial se mantiene con una fuerte fragilidad, con poca confianza y sin apoyos de cualquier tipo. Aun así compartimos los buenos deseos y esperamos que todo cambie para bien en los siguientes meses.

*Presidente de Consultores Internacionales SC.

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